­“Para la temporada alta del año que viene no podemos esperar más, porque en verano estamos llenos, y más que lleno es imposible. Hay que mejorar la temporada de invierno”. Hans Müller, director de contratación hotelera de Thomas Cook, tira de realismo estadístico para desnudar una situación que Mallorca y su turismo conocen y temen: los éxitos veraniegos han llevado a la isla a un techo cuantitativo que solo se puede romper con soluciones cualitativas, basadas en el alargamiento de la temporada por sus extremos, la configuración de Mallorca y su capital como un destino también de invierno y la apuesta por elevar la rentabilidad y el atractivo del destino por la vía de incrementar la calidad, la especialización y la innovación en el producto turístico.

Se dice pronto, pero no es fácil, como reconocían ayer los asistentes y ponentes del primer Foro Turismo+, organizado por Diario de Mallorca en el hotel Nixe y coordinado por el especialista en turismo Domènec Biosca, que animaba justamente a romper los techos estadísticos quebrando el modelo, para reinventarlo en torno a un eje distinto: la felicidad del cliente. “El cliente paga más por su felicidad, no por estar en un sitio. A partir de ahí hay que construir la cadena de valor para hacerle feliz. Les invito a que rompan el modelo, a que reflexionen. Los clientes ya no aceptan fotocopias”. Ni destinos miméticos. Ni hoteles idénticos. Ni vivencias repetidas.

De ello hablaban uno tras otro los ponentes, conjurados en torno a un objetivo que está en el origen de la sesión organizada por Diario de Mallorca, como explicaba el director del periódico, Pedro Pablo Alonso: “Estamos aquí para hacer balance de una temporada excepcional, aunque seguro que habrá matices, y para aportar nuevas ideas en un momento de transformación, en el que el turismo demuestra ser la locomotora del país”.

A partir de ahí los datos y los matices. Del diagnóstico más profundo se encargaba la vicepresidenta de la Federación de Empresas Hoteleras de Mallorca, Inma de Benito, que partía de una idea optimista -“hablar de turismo es hablar de éxito”-, para luego explicar la otra cara de las cifras de triunfo y récord de visitas de lo que va de año:“Mientras batimos máximos en las cifras de llegadas (de 2000 a 2014 hemos crecido en 15 millones de turistas en España), los ingresos reales en turismo han bajado en 4.000 millones, según el Banco de España. Y el ingreso por turista de 2000 a 2014 ha bajado 300 euros. Por más que acumulamos llegadas ingresamos lo mismo, o menos incluso en el caso de Balears. Consumimos para ello más estructuras y territorio, con el objetivo de mantener los niveles de ingresos y hacer frente a un incremento de la presión fiscal sin precedentes en los últimos años”, avisa de Benito, que recuerda que hoy “un 20% de los ingresos de un hotel se destinan a impuestos”.

Temporada de altibajos

Con todo, la ejecutiva hotelera explica que Balears empezó la temporada regular en primavera, pasó a ocupaciones altas en junio, julio y agosto (“aunque por debajo de 2013”) y espera un invierno con cifras de hoteles abiertos “similares a las de la pasada temporada baja”, que por cierto fue la peor desde que hay estadísticas de ocupación y viajeros. Conclusión: buen año, pero no excepcional para los hoteleros, que pierden pernoctaciones mientras ven como los clientes que se alojan en apartamentos y casas de alquiler se disparan un 42%.

Más satisfecho se mostraba en el discurso inaugural del foro el conseller de Turismo, Jaime Martínez, que recalcaba que “en lo que va de año Balears ha recibido 12 millones de turistas, un 3,4% más, y solo en septiembre han llegado más de 2 millones, un crecimiento del 5,7% en este mes”. Según el responsable de la política turística, estos datos indican “una consolidación del crecimiento en los meses de verano, pero también son síntomas de alargamiento de la temporada, nuestro gran reto, que se verá reflejado también en el dato de octubre. Tenemos que apostar por eso. Y algo está cambiando, estamos todos buscando productos de diversificación y excelencia que aporten turistas y productos fuera de temporada alta”.

¿Es así? Pues algunos lo intentan. Y otros muchos, como los representantes de Redexis y del Banco de Santander (patrocinadores del foro de ayer), prometen contribuir a que el invierno no sea tan frío. ¿Cómo? Müller ofrecía algunos ejemplos de lo que ya están intentando en Thomas Cook, que este año disparó la cifra de inscritos a su Iron Man a 3.700 participantes. “En Mallorca no se cierra la temporada porque el hotelero decide que se termina, sino porque el hotelero lleva 40 años alargando temporadas y ahora está perdiendo dinero. Aquí en invierno para alargar la temporada lo único que se puede hacer es estimular el deporte. Hay que crear más campos de golf: los 23-24 que tenemos no son suficientes, por lo que los precios son demasiado altos. Hay que hacer campos de fútbol de césped, para que equipos entrenen aquí. Hay que mejorar las carreteras y respetar más a los deportista. Mientras tanto no se puede hablar mucho de alargar la temporada. Necesitamos mucho más”, exponía el directivo de Thomas Cook, que aún así insiste: 2014 ha sido “un buen año para Mallorca”, “quizá el que viene podamos evitar que la temporada baja sea tan floja sentándonos antes a trabajar juntos”.

Todos juntos

Justo eso, trabajar todos juntos, reclama el presidente de la recién creada Confederación de Patronales Turísticas, Antonio González, que además es presidente de la Asociación de Atracciones Turísticas y director gerente del Palmaquárium. González cree que la temporada fue “irregular”, y subraya que la caída de ingresos en invierno fue “bestial, la peor en muchos años”, algo que achaca a lo que decía Inma de Benito: llegan turistas con menos dinero, que gastan en avión y hotel y, lo que sobra, lo invierten en oferta especializada, pese a que hoy “lo primero que elige el turista es el ocio, luego la conexión y finalmente el hotel”. Por eso De Benito subrayaba que la clave es que Mallorca desarrolle una oferta de turismo integral, “porque el destino tiene un valor que va más allá del hotel, y llega al patrimonio natural y las experiencias que quiere vivir el turista”. Que hoy, ante todo, quiere ser feliz, como decía Biosca. Para que lo sea, algunos de los mejores profesionales del sector debatían ayer en el Foro Turismo+ de Diario de Mallorca, que dejó claro que la cosa marcha, pero queda mucho por mejorar.