No era su guerra, pero es el único que se lleva el botín. El enfrentamiento a muerte entre José Ramón Bauzá y Mateo Isern ha dejado dos derrotados y un único vencedor, José María Rodríguez. Sin ensuciarse las manos, el veterano coloso afianza su poder en un PP balear cada día más desnortado. Nadie como él ha visto pasar tantos cadáveres y ahí sigue, más vigoroso que nunca.

Decenas de cargos populares aún no han digerido el sepelio al alcalde palmesano cuando asisten estupefactos al encumbramiento de la presidenta del Parlament por carambola-"¿de verdad me vas a hacer creer que en todo el PP no tenían a nadie más en Palma que Marga Duran para ir a Cort?", se fustigan-. La sustituta de Isern no entra en el prototipo del titán, que tenía candidatos de sobra en la chistera para sustituir al alcalde. Desde Álvaro Gijón a la consellera Sandra Fernández; Rodríguez deja que Bauzá crea que le impone a su disciplinada Duran de número uno y, a cambio, recupera todo el mando en Cort que el mismo presidente le recortó en su día, siguiendo los consejos de Rosa Estaràs, otra que plantó cara al ´rodriguismo´, y acabó vencida por él.

Desde 2011, Rodríguez solo tiene a 3 concejales en Cort; en 2015 todos serán suyos. Fernando Gilet, Jesús Valls, Esperanza Crespí, Ana Ferriol, Andreu Garau... no calibraron que secundar la declaración de fidelidad a Isern del amortizado Julio Martínez ("Ju-li-to" para sus enemigos) era su haraquiri. Hoy los ediles no se lamentan de tener que ir preparando las maletas, sino de ver cómo el alcalde por el que dieron la cara se funde en besos y abrazos con su ´verdugo´ Bauzá y su relevo. Si les quiere rematar del todo, Isern solo que tiene que ir al encuentro de Rodríguez y reverenciarle genuflexo.

En la part forana, la resignación de Isern también ha sentado fatal. Por vez primera un alcalde palmesano apadrinaba a sus desamparados homólogos de los pueblos, impotentes de ver "cómo se hunde el barco y nadie hace nada". Al guillotinar a Isern, Bauzá ha perdido la escasa autoridad que le quedaba sobre el club de críticos, pero el alcalde de Palma también ha perdido el carné de socio por cobarde.

Cañellas ha seguido al detalle la escabechina desde una habitación de la Clínica Rotger, donde temen que deba seguir ingresado por "la de cabezazos" contra la pared. El padre del invento ha sido el único que se atrevió a desafiar a Bauzá apoyando la continuidad de Isern delante de todo el ´viejo PP,´ en la comida del histórico Nofre Plomer en Muro. Pero a Bauzá no le doblega ni siquiera l´amo.

Entretanto, el Consolat ha empezado la caza de brujas para saber con quién se asesora el alcalde, y en concreto quién le calentó para su estruendosa despedida, arruinando el anuncio de bajada de impuestos. Un diputado y una diputada -ambos con escaño fuera de Mallorca, y no precisamente amigos- figuran los primeros de la lista. Sobre del respaldo que Isern dice tener del PP de Madrid, en Presidencia desata carcajadas.

En esta cruenta ofensiva, cada uno tiene su óptica. En la de Bauzá, éste lleva más de tres años soportando cómo el político novel que digitó para alcalde de Palma le pagaba con "una deslealtad sin límites", en palabras de afines. Sin una gestión sobresaliente a sus espaldas, e incluso manchada por la corrupción en la Policía local, Mateo Isern ha sacado provecho de sus buenas formas. El aparato no perdona al alcalde por jugar a ser el ´poli bueno´, dejando al presidente como el tirano que gobierna sin consenso.

Desde el prisma de Isern, él no ha buscado ningún enfrentamiento, "son ellos [por el Consolat] los que, haga lo que haga, todo se lo toman a mal", lleva tiempo confesándose entre colegas. Isern ha pasado de un perfil bajo a uno propio, lo que significa cruzar la línea roja en el PP de Bauzá. Además, el ingenuo alcalde hace mucho que raja de Rodríguez, olvidándose de calcular que es el único sostén presidencial. Sin el todopoderoso factótum del PP de Palma de su lado, Bauzá no podría afrontar las elecciones que vienen ni hubiera soñado con poder vengarse de Isern. Hoy el alcalde recibe "el 50% menos de llamadas en su móvil", festeja un afín al presidente.

La presentación el jueves de Marga Duran fue una exhibición de poder del líder palmesano. Veinticuatro horas antes un solitario Isern se despedía allí mismo, con todos los concejales de Cort sentados delante suyo. Duran salió con Bauzá y Rodríguez a cada lado, más los 15 comisarios del PP en cada barriada detrás. Rodríguez puede permitirse cualquier cabeza de cartel, por flojo que sea; su éxito es continuar al frente de un ejército de cazavotos.

Experto en las intrigas palaciegas, Rodríguez sabía que solo era cuestión de tiempo que la sombra de Isern en Cort se alargara hasta el Consolat. El presidente del PP de Palma vio en el choque de trenes Bauzá-Isern la oportunidad de volver al centro de control y salir de su arrinconamiento desde que tuvo que dimitir como delegado del Gobierno. "¿Qué ha pasado para que José María de repente diera ese vuelco y se aliara con Bauzá?" es el gran interrogante que se hacen en el ´viejo PP´. Quizás algo tan simple como estarse meses quieto y saber sacar partido en el momento justo.