"Estamos en una situación de emergencia porque la epidemia del virus del ébola se está descontrolando", sostuvo ayer noche en el club de este rotativo, Ruth Díez, pediatra y cooperante bregada en Haití, Indonesia y varios otros escenarios de desastres humanitarios, en el trascurso de una conferencia sobre esta letal enfermedad que lleva varios meses asolando el continente africano y de la que Occidente solo ha tomado nota cuando ha infectado a alguno de sus ciudadanos.

"La principal causa de que este virus campe a sus anchas por esas tierras es la pobreza estructural de esos países, con un sistema de salud inadecuado para afrontar un problema sanitario de estas dimensiones", añadió esta cooperante que también ejerce de vocal de cooperación en Metges del Món de Balears.

Para agravar aún más las cosas, esta epidemia comenzó cebándose con el personal sanitario que debía velar por el bienestar de la población. "En algunas zonas de Liberia y Sierra Leona afectó al ochenta por ciento del personal que trabajaba en labores sanitarias, al menos al principio de la epidemia", matizó la pediatra.

En opinión de esta cooperante, algunos países como Nigeria y Senegal lo han hecho bien y gracias a esta actuación hoy pueden declararse libres de esta enfemedad: "Han seguido a todos los contactos de un contagio y los han aislado impidiendo que el virus se propagara en un terreno especialmente abonado para su difusión".

Díez también culpó a la pasividad del llamado primer mundo de la extensión de esta epidemia ya que, recordó, pese a que a principios de agosto la OMS aseguró que nos encontrábamos ante un problema de salud pública internacional, la comunidad internacional no envió la ayuda necesaria y se encontró, 2 meses después, con los primeros contagios.

"El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta estima que, en el mejor de los casos, en África se contagiarán entre 10.000 y 30.000 personas por el virus del ébola. En el peor de los casos las estimaciones hablan de un millón y medio de contagios", reveló esta especialista. Monrovia y Freetown, capitales respectivamente de Liberia y Sierra Leona, se encuentran en una difícil situación aunque Díez quiso dejar claro que el virus está centrando toda la atención sanitaria y eliminando porgramas de vacunación necesarios en ese continente, lo que está provocando miles de fallecimientos por otras enfermedades como el sarampión o neumonías.