Aunque parece una técnica del futuro, está siendo empleada por digestólogos de todo el mundo desde el año 2001 como la solución más idónea y cómoda para detectar patologías en el poco accesible intestino delgado. Se trata de una cápsula endoscópica del tamaño de un Nolotil dotada de una cámara que toma imágenes cada dos segundos que el paciente ha de ingerir y llevar en su interior durante unas siete horas y cuyo resultado es una película de vídeo de sus interioridades.

Esta nueva técnica es ofrecida por el Hospital Quirón Palmaplanas desde hace pocos días y el doctor Ignacio Fernández-Urién, especialista de la unidad de endoscopia digestiva del complejo hospitalario de Navarra, se desplazó recientemente a Palma para desvelar al equipo de facultativos digestivos de la Palmaplanas los secretos de una técnica que domina como pocos.

"Se trata de una técnica de endoscopia inalámbrica que consiste en que el paciente ingiera una cápsula de 23 milímetros de largo por 11 de ancho dotada de una cámara que puede tomar dos imágenes por segundo durante siete horas con el objetivo de detectar posibles lesiones en el intestino delgado", explica el doctor Fernández-Urién, que matiza que, al estar situado entre el estómago y el colon, este intestino un órgano poco accesible tanto para las técnicas explorativas tradicionales por vía oral (gastroscopias) como anales (colonoscopias).

"Todas estas imágenes son enviadas por radiofrecuencia a un disco duro que el propio paciente lleva en un cinturón durante la prueba", añade el especialista del complejo hospitalario de Navarra. Y para que las imágenes que capte esta cápsula tengan la claridad suficiente, viene dotada también con un sistema de iluminación con flash que se activa automáticamente con cada disparo.

Así, mientras la cápsula realiza su periplo por todo el intestino, va captando precisas imágenes que, al cabo de siete horas, son volcadas desde el disco duro del cinturón que porta el paciente al ordenador donde pueden ser visionadas por los digestólogos como si de un vídeo se tratara. "Al tomar dos imágenes por segundo y llevar el paciente la cápsula durante unas siete horas aproximadamente, en el ordenador se vuelcan más de 50.000 imágenes que pueden ser visionadas como una película", precisa Fernández-Urién.

Rastros de sangre

El especialista navarro explica que esta técnica está indicada sobre todo para los casos de hemorragias digestivas de origen oscuro, que se suelen manifestar cuando las deposiciones del paciente presentan rastros de sangre. "Lo más normal en este tipo de patologías es que la lesión se encuentre en el intestino delgado, órgano en el que, como he explicado antes, es difícil detectar lesiones con las tradicionales gastroscopias o colonoscopias", continúa Fernández-Urién, que señala que esta prueba no invasiva para detectar enfermedades intestinales es especialmente idónea para diagnosticar lesiones vasculares, úlceras, tumores y pólipos en este órgano tan esquivo.

Otras de las ventajas de esta técnica -"en la que el paciente se traga la cápsula con un poco de agua con el mismo esfuerzo que desarrollaría para ingerir un Nolotil", publicita el facultativo- es que el enfermo puede llevar un vida completamente normal durante el transcurso de la prueba y no eludir sus responsabilidades laborales ni siquiera durante unas horas. "El paciente puede venir a las ocho de la mañana en ayunas y tomarse la cápsula. A las diez de la mañana, dos horas después de la ingesta, ya puede tomarse un café o un zumo. Y cuatro o cinco horas después, en torno a las dos de la tarde, comer con total normalidad", explica el facultativo para resaltar el hecho no solo de la comodidad del proceso sino también de la ventaja que supone no tener que perder una mañana de trabajo como con otras pruebas endoscópicas .

La cápsula se elimina a través de las deposiciones del paciente y no es reutilizable por lo que se recomienda a los usuarios que, si la recuperan, la depositen en uno de esos contenedores especiales para pilas aunque si se pierde no pasa nada, no se provoca ningún desastre medioambiental, tranquiliza el especialista.

Fernández-Urién confirma que esta técnica está en el mercado desde el año 2001 y que España comenzó a usarla desde esas fechas conjuntamente con los países más adelantados en su uso que, enumera, fueron Estados Unidos, Israel, Francia, Italia e Inglaterra. "El coste de esta cápsula ronda entre los 300 y los 600 euros, dependiendo de la casa comercial, pero no se trata de ningún lujo sino de una técnica imprescindible hoy en día para diagnosticar enfermedades intestinales", concluye el especialista.