Fuentes del Consolat admiten su perplejidad, ante los cambios que José Ramón Bauzá ha introducido en las últimas fechas en su estilo de gobernar Balears. En síntesis, el president ha solicitado que se reduzca drásticamente su agenda de presencias en público. En el capítulo de traslados, ha manifestado su voluntad de no viajar en avión, donde corresponde al propio líder del PP decidir si se trata de una imposibilidad o una preferencia. Esta última decisión complica la logística de los desplazamientos presidenciales.

La ralentización de la presencia pública de Bauzá se confirma sin más que consultar la prensa local. Esta semana ha debatido el TIL con Francina Armengol en el pleno del Parlament y el viernes se personó en la Diada de Mallorca junto a Maria Salom, porque su ausencia en uno de estos actos hubiera disparado las alarmas. Sin embargo, el president no asistió al Consell de Govern que debía encabezar el viernes cinco de septiembre.

La citada reunión del ejecutivo era la segunda del curso y la primera tras el paréntesis agosteño. Núria Riera, portavoz del Govern, no consideró relevante informar en la rueda de prensa posterior de que el Consell de Govern se había celebrado en ausencia del president, que en teoría se hallaba en Mallorca. No es preciso remontarse al Estatut ni a la Llei del Govern de les Illes Balears para resaltar la importancia del órgano colegiado donde el Govern "ejerce sus funciones" y donde el president "convoca, fija el orden del día y levanta la sesión".

Si Bauzá se halla de gira por América, como ha ocurrido, no es preciso justificar su ausencia en un Consell de Govern tras la oportuna delegación. El día cinco no se daba esta circunstancia, ni se ha aportado ninguna explicación que excusara la presencia en un acto estrictamente laboral. Fuentes de la comunidad han recordado los mecanismos de control al segundo de los horarios del funcionariado, implantados por la actual administración autonómica.

En cuanto a los viajes, Bauzá se desplazó en barco desde Alcúdia a Menorca el pasado 26 de agosto. La fotografía de R.S. lo muestra a la llegada a la Estación Marítima de Ciutadella tras una travesía de tres horas. En el puerto menorquín le esperaban dos coches oficiales. La elección de la vía marítima se atribuyó a la disminución de conexiones aéreas interinsulares. Sin embargo, el director general de Puertos y Aeropuertos del Govern, Antonio Deudero, se puso en contacto con este diario para desmentir un descenso en las conexiones entre Son Sant Joan y Maó, aportando datos y desbaratando así la explicación inicial para la elección del barco.

El acto interno del PP que ha definido esta semana se centra en las bodas de plata de la Fundació Illes Balears, donde Gabriel Cañellas anunció que dejaba la presidencia de la entidad. El acto del pasado jueves en Son Pax reunió al único expresident popular en libertad, a la presidenta de Mallorca, María Salom, al alcalde de Palma, Mateo Isern, al vicepresidente del Govern, Antonio Gómez, y al conseller Biel Company, además de representantes de las dinastías turísticas Barceló, Riu o Escarrer y de los propietarios de la clínica Rotger, familiares políticos de Cañellas.

Las crónicas resaltaron que "la gran ausencia, al ser una celebración tan significativa, fue la del president del Govern, José Ramón Bauzá. Cañellas aseguró que había sido invitado, al igual que todas las principales autoridades". Ambos habían coincidido en anteriores comparecencias. Siempre al cabo de la calle de las interioridades del Govern, su primer presidente recurrió a una fórmula enigmática cuando se le preguntó por la ausencia de Bauzá. "Es una cuestión que deben formularle a él".

En efecto, en el Consolat se admite con extrañeza que solo Bauzá conoce los motivos concretos de un cambio meridiano en los métodos de gestión. De momento, se trazan los trayectos sin aviones de un president que ha llegado a efectuar 35 viajes en un año. Para sus frecuentes desplazamientos a Madrid, se baraja el barco hasta Valencia y coche hacia la capital. Para un solo acto, la duración del viaje se extiende a dos días.

El nuevo comportamiento de Bauzá coincide con las secuelas de sus misteriosas vacaciones en Escocia, que había ocultado bajo el pretexto de que tendrían lugar en geografías más cercanas. Según ha comentado en privado el propio president, durante una excursión por tierras escocesas sufrió una aparatosa caída, con tan mala fortuna que se le introdujo una astilla de dos centímetros en la mano derecha.

La extracción quirúrgica de la espina clavada en Escocia tuvo lugar en la clínica privada Rotger, donde Bauzá ha sido atendido en más de una ocasión en fecha reciente. Las pruebas preoperatorias detectaron un contratiempo, cuyo alcance corresponde a la intimidad presidencial siempre que no afecte a sus funciones. En la foto obtenida en la Estación Marítima de Ciutadella, se aprecia la herida derivada de la intervención en la extremidad del president.

Las nuevas consignas al equipo del Consolat se simultanearon con la situación planteada tras el viaje a Escocia, aunque Bauzá no ha desvelado las razones que han motivado su cambio de ritmo. Por supuesto, puede prodigarse hoy mismo en media docena de actos para dar marcha atrás, pero esta hiperactividad tampoco eliminará las causas de su proceder. De momento, se ha gravado a sus consellers con un suplemento de tareas de representación del Govern.

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