"Hágase" era el lema de Jaume Matas en el Govern (2003-2007). Y lo que decía el president se hacía contra viento y marea, incluso buscando argumentos para justificar lo injustificable. Uno de estos casos ocurrió con el informe ambiental para dar vía libre de forma rápida al hospital de Son Espases. Govern y Cort se comprometieron ante los técnicos a recorvertir el viejo son Dureta en un gran pulmón verde para la ciudad, como la forma para compensar el impacto ambiental producido por la construcción del nuevo hospital.

Pero el compromiso adquirido en 2006 en dos informes es, ocho años después, papel mojado. Los imponentes edificios de Son Dureta siguen ocupando buena parte del final de la calle Andrea Doria. La falta de uso y mantenimiento los han convertido en fantasmas que vigilan una de las zonas más privilegiadas de Palma.

En el seno de la Comisión Balear de Medio Ambiente, organismo integrado por técnicos de diferentes consellerias y los consells, se generó un importante debate sobre el impacto ambiental y paisajístico del nuevo hospital en la finca de Son Espases. En concreto, se ponía en duda la edificación de un complejo hospitalario mediante "paños ciegos y acristalados" en un entorno rural y rústico. Asimismo, se exigía un fotomontaje para comprobar el impacto del hospital sobre el paisaje.

Ante todas estas dudas nacidas en el seno de la Comisión Balear de Medio Ambiente, el propio Govern remitió un informe poniendo sobre la mesa la reconversión del viejo Son Dureta en un gran espacio libre público. Esta propuesta fue avalada por Cort y la Comisión Balear de Medio Ambiente la adopta como una de los elementos clave para dar el visto bueno a la evaluación del impacto ambiental del nuevo hospital junto al emblemático monasterio de La Real: "El Ib-Salut -reza el informe de Medio Ambiente- propondrá al Ayuntamiento de Palma destinar la parcela que ahora ocupa el hospital de Son Dureta como espacio libre público. Debido a que el hospital de Son Dureta es propiedad de la Tesorería General de la Seguridad Social, el Ib-Salut solicitará la autorización a este organismo para demoler los edificios que queden obsoletos".

Los técnicos de la comisión ambiental recomendaron al Govern y a Cort que "en caso de que se opte por utilizar alguno de los edificios existentes de la calle Andrea Doria, como uso complementario sanitario y asistencial, se procurará mantener los inmuebles menos impactantes".

Con el fin de dar vía libre a Son Espases, la Comisión de Medio Ambiente concluye su informe apremiando al Ayuntamiento de Palma para que ponga en marcha la recalificación de la parcela de Son Dureta como espacio libre público que podría conectar con el bosque de Bellver. De igual modo, le recuerda que cuando se inicie la demolición de los edificios para "desmantelar" el viejo hospital será necesaria una nueva evaluación de impacto ambiental de los trabajos.

Nada de lo que los responsables del Ib-Salut planearon sobre Son Dureta, con el único y claro objetivo de conseguir el beneplácito para Son Espases, se ha cumplido.

Más anuncios sobre Son Dureta

Ni el PP ni el Pacto de Progreso consiguieron mover una piedra del vetusto Son Dureta, pese a anunciar varios proyectos. En octubre de 2010, a pocos meses de inaugurar Son Espases, el Pacto anunciaba que daría un uso sociosanitario al viejo hospital.

El Govern anunció que demolería aquellos pabellones con problemas estructurales, como el edificio de maternidad, afectado por aluminosis. Se contemplaba desde habilitar una residencia temporal para familiares de los pacientes desplazados, a un centro de enfermos de larga estancia, un geriátrico para personas mayores, un centro de día para ancianos, personas con algún tipo de discapacidad o dependientes, o una residencia para enfermos de alzheimer u otras patologías degenerativas.

El Govern Bauzá planeó reabrir el hospital para ubicar allí a los enfermos del Joan March y General mientras se realizaban obras de reforma. Sin embargo, esta opción no se llegó a poner en práctica. Desde el actual Govern también se estudió demoler edificios y reutilizar los buenos como geriátrico. Nada ha fructificado.