Apretada por la soga al cuello de su negro panorama judicial, Aina Castillo se pasa al bando de los arrepentidos bando de los arrepentidosy destapa las cloacas de Son Espases. La exconsellera de Salud del PP -ahora una corrupta confesa- ha corroborado que los recelos sobre la putrefacción que siempre han planeado sobre la mayor obra pública de la historia de Mallorca se quedaban minúsculos. El tono compungido durante su declaración como imputada contrasta con las ínfulas que Castillo exhibía en el Parlamento balear durante la era de los fastos (2003-2007), donde la entonces joven promesa política que encandiló a Jaume Matas se jactaba de dirigir una adjudicación "más transparente, imposible".

Mientras se pergeñaba el pestilente amaño del concurso para adjudicarlo a la constructora señalada por Matas, y Castillo se plegaba a sus órdenes, como ella misma ha reconocido, la exconsellera protagonizaba encarnizados rifirrafes con la oposición, que ya entonces ponía el grito en el cielo sobre la opacidad del procedimiento. Uno de los plenos tensos fue el 10 de octubre de 2006, cuyo diario de sesiones, leído ahora, retrata el paripé que fue esa jornada.

Los socialistas criticaban al Govern que hubiera solicitado un dictamen al Consell Consultiu para avalar la adjudicación de Son Espases a OHL, la UTE liderada por el exministro Juan Miguel Villar Mir, y encima encargara ahora nuevos estudios a los Colegios de Ingenieros de Caminos y de Economistas. La exconsellera de Salud y entonces diputada Aina Salom (PSOE) protestaba a Castillo por "todo este desbarajuste, todo este ´trilerismo´ político", que solo conducirá -aseguraba- a pagar 100 millones de euros públicos más (la oferta de de OHL era la mas cara de las presentadas) "sin vergüenza" alguna por parte del PP. "Todo el procedimiento es perfectamente legal", le replicó dos veces Castillo, justificando los nuevos informes porque "de esta manera podemos conseguir cuotas más elevadas de imparcialidad". Para rematar su intervención, la expolítica popular espetaba: "Más transparencia, imposible. ¿Usted cree que si tuviéramos algo que ocultar pediríamos informes como hemos pedido hasta ahora, señora Salom?"

Acto seguido, la entonces portavoz del PSOE, Francina Armengol, echaba en cara al presidente Matas "el escándalo de esta legislatura, que es la construcción del nuevo hospital de referencia en Son Espases", cuyo "proceso ha sido oscuro, ha estado viciado desde el principio y rodeado por sospechas de corrupción". En su turno, Matas celebró que el dictamen del Consultiu "escrupulosamente da el visto bueno a la conselleria de Salud, y naturalmente yo doy absoluto apoyo al procedimiento que se ha emprendido desde la Conselleria, y al que ha anunciado la consellera que emprenderá", jaleaba a su titular Aina Castillo.

Matas: "No queremos dudas"

Armengol volvió a la carga, pero Matas -pese a que el entramado corrupto ya estaba en pleno apogeo- no se amedrentó: "No queremos que haya ningún tipo de duda [sobre la legalidad del proceso] (...) Nosotros queremos que esta adjudicación, como todas las que hacemos, estén totalmente fuera de duda y sea la técnicamente mejor", remachó el entonces presidente.

Poco después, Castillo fue inquirida de nuevo sobre el polémico informe del Consultiu. El que era diputado de Esquerra Unida-Els Verds Miquel Ramon denunció la intervención de ese órgano por "presiones políticas", lo que motivó a la consellera de Salud a desdeñarle: "Usted viene aquí a hacer una telenovela, como todas las personas que han intervenido anteriormente" [por Salom y Armengol].

Tras sostener Castillo categóricamente que "sí, el dictamen del Consell Consultiu dice perfectamente y claramente que la actuación del Govern y de la conselleria de Salud ha sido la correcta", Ramon le recriminó tanto entusiasmo ante "esta operación tan poco clara", y añadió: "Mire, señora consellera, usted me habla de telenovela, pero habría una tragicomedia en esta historia de las obras de Son Espases".

"Más transparencia, imposible", volvió a despacharse Castillo: "Si tuviéramos alguna cosa que ocultar, no pediríamos informes uno tras de otro", abundó. La parte final de su intervención no tiene desperdicio: "Se lo vuelvo a repetir, no es una subasta, no va para el más barato, va para el que mejor oferta presente económicamente y técnicamente, y la mesa [de contratación] decidirá, yo no sé cuál es la mejor oferta. En esas estamos, y la mesa cuando lo tenga decidido adjudicará. Y si tienen alguna sospecha de corrupción, vayan al juzgado, todavía no han ido", retó a la izquierda.

La desafiante Castillo nunca fue al juez a denunciar el fraude de Son Espases, pero en abril corrió a ´cantar´ delante del fiscal Anticorrupción Pedro Horrach, siempre infatigable. Y menuda ´vomitada´. Esta vez sí, la exconsellera habló con la boca pequeña.