El Govern dispone de una plantilla de 27 mil funcionarios, que cuestan más de mil millones al año. Con este ejército a su disposición, la portavoz del ejecutivo remata los sondeos petrolíferos autorizados y ocultados por el gabinete en que " lo único que se sabe es que había sonidos, y no se sabe ni el origen ni la distancia". Objetos Sonoros no Identificados, los temibles OSNIs. La consellera Núria Riera se ha superado a sí misma, después del genial "no hay que politizar las elecciones".

El Govern oía ruidos, a falta de saber si también veía muertos. El abocamiento a los fenómenos paranormales caracteriza una de las fases finales en la degeneración de los políticos en desuso. En esta etapa de fertilidad prodigiosa, un conseller puede presumir de que todo el mundo sabe que se han registrado prospecciones petrolíferas, a excepción de su president. Simétricamente, Bauzá desconoce los sondeos encauzados por Company en franca contradicción con las recomendaciones de sus técnicos, pese a que este ´nihil obstat´ al martirio de los recursos marinos de Balears ha sido publicado en el Boletín Oficial de la Comunidad.

Cuando un president se declara al margen del BOIB, todo está perdido. No es raro que su portavoz e imitadora de Santiago Segura no esté en condiciones de confirmar que Mallorca sea una isla. A cambio, Riera reitera que su partido se opone a los sondeos "a pie de calle". Ahí está el problema. Mientras Bauzá y Company solo se ponen de acuerdo para engañar a los ciudadanos en las manifestaciones callejeras, en los despachos retoman su naturaleza de partido intrínsecamente a favor de las prospecciones y de cualquier otro procedimiento de destrucción acelerada de Mallorca. El Govern es incapaz de localizar los "sonidos". En cambio, los fantasmas de este esperpento de humor negro petróleo han sido identificados y desenmascarados sin error posible.