Oposición y agentes sociales coincidieron en su interpretación de los datos asistenciales facilitados ayer por la conselleria de Salud, unos datos que, aseguraron, ponen de manifiesto lo mal que está siendo gestionado el Servei de Salut.

Así, Fina Santiago, parlamentaria del grupo Més, recordó que ellos dejaron en 2011 una lista de espera quirúrgica de 12.000 personas que aguardaban una media de 51 días y a 40.736 personas esperando una consulta con el especialista 30 días de media y emplazó a comparar estos datos con los actuales. "Hay menos transparencia. Antes se daban estos datos cada tres meses y ahora se hace cada seis. Además, al eliminiar el decreto de garantía de demora se nos hurta el derecho a reclamar por estos excesivos retrasos", interpretó.

Vicenç Thomàs, portavoz adjunto del PSOE y exconseller de Salud, reiteró los datos facilitados por Santiago para demostrar que vamos marcha atrás e incidió en la necesidad de promulgar un nuevo decreto de garantía de demora que garantice a los ciudadanos que pueden reclamar en caso de un retraso asistencial excesivo: "Cuando derogaron el anterior, en marzo de 2012, se comprometieron a promulgar otro en un plazo de cuatro meses, plazo que han incumplido", resaltó Thomàs, que recordó asimismo que el último barómetro sanitario del ministerio de Sanidad pone de manifiesto un descenso de 23 puntos en el nivel de satisfacción de los baleares con su sanidad pública.

El sindicato de enfermería (SATSE) recordó que el Servei de Salut ha cerrado 300 camas en los hospitales públicos y criticó que el plan de ahorro estival mantenga quirófanos inutilizados con estas alarmantes listas de espera.

Por último, Miguel Ángel Romero, de UGT, señaló que el plan de consultas rápidas del especialista está abocado al fracaso si no va acompañado de una mayor rapidez y coordinación con las pruebas diagnósticas y atribuyó la merma de la calidad asistencial al despido de 1.400 profesionales del IB-Salut en esta legislatura.