Un navegador GPS permitió seguir la posición de su travesía al minuto. Quienes entraron en la web del reto Tres hombres contra el mar fueron haciendo sus donaciones para la causa que impulsa la expedición. Por cada donación, la lancha que seguía a los tres hombres iba dando un bocinazo para animarles a dar una brazada más. Y a golpe de solidaridad, donación y bocinazo lo consiguieron. Jacobo Parages, Félix Campano y Peio Ormazábal cruzaron el jueves pasado a nado el estrecho de Menorca. Superaron los 40 kilómetros que separan Cala Ratjada, en Mallorca, del Cap d´Artrutx. Parages y Campano lo hicieron con récord. Ormazábal se quedó a dos minutos de hacerlo.

El récord lo tenía Teresa Planas, que hizo el recorrido en 2011 con una marca de 12 horas y 18 minutos. Felix Campano lo consiguió el jueves pasado en 11 horas y 57 minutos y Jacobo Parages, que llegó tras él, en 12 horas y 10 minutos. Peio Ormazábal se quedó en las 12 horas 20 minutos.

Salieron a las 5.30 desde Cala Ratjada y a las 17.30 habían llegado los tres al Cap d´Artrutx. "Fue muy bonito ver el amanecer desde el mar", describe Parages, quien recuerda la vista del faro del Cap d´Artrutx con mucha emoción. No tuvieron inclemencias, y su principal miedo, las medusas, no llegaron hasta la recta final. "El mar se portó muy bien. Había oleaje, pero fácil. Con viento del sur. Nuestro mayor miedo eran las medusas y hasta el final no nos encontramos con ellas. A mi me picaron dos y a Félix también", describe este madrileño de 47 años que vive desde hace 20 con una espondilitis anquilosante, una enfermedad reumática muy dolorosa que provoca el endurecimiento paulatino de las articulaciones, y que en 2013 se le detectó un tumor maligno. Precisamente por ello, el objetivo del reto es la recaudación para la financiación de un equipo de investigación de leucemia infantil. Tras el reto han recaudado 55.000 euros, de los cuales 5.000 llegaron en plena travesía. "Los bocinazos fueron lo más bonito del cruce, ver que la gente nos apoyaba y que lo hacía por una buena causa. Realmente nos animó", explica Parages.

A la llegada les esperaban amigos y familiares, aunque un buen amigo les fue orientando desde un kayak los 40 kilómetros de travesía en mar abierto. Nada más llegar, Parages, que ya nadó en 2013 el estrecho de Gibraltar, ya ha empezado a planear una nueva aventura. "Cuando llegas te queda un vacío. Ya tengo alguna idea".