­La nueva ley de Comercio de las Illes Balears echó a andar ayer, tras la aprobación del correspondiente proyecto por parte del consejo de gobierno, que deberá ratificar ahora definitivamente el Parlamento. El texto ha conseguido el consenso absoluto de las patronales, un hito que se antojaba muy difícil por la complejidad que entraña el sector, y que el Govern celebra ampliamente.

Entre otras cuestiones, la nueva ley exonera a los propietarios de los comercios de rotular sus establecimientos como mínimo en catalán, como estableció el Govern del Pacto, pero tampoco estarán obligados a hacerlo en castellano. Asimismo, desaparece del articulado la obligación de tener un porcentaje de empleados para atender al público en catalán. García defendió ayer que el empresario debe tener libertad para tomar las decisiones que estime oportunas en este aspecto.

Con el nuevo texto legal, se podrá dar el caso de tiendas, supermercados u otros establecimientos comerciales que podrán rotular exclusivamente en un idioma extranjero, obviando cualquiera de las dos lenguas cooficiales de las islas. El conseller de Economía y Competitividad, Joaquín García, se mostró ayer convencido de que este tipo de situaciones no sucederán -"no va a rotular uno en chino solo, o en ruso solo"-, aunque admitió acto seguido que si el comerciante quiere hacerlo, "es su decisión", porque "él sabe cómo debe vender".

El Govern, defendió García, ha considerado que con la nueva ley de Comercio no debía entrar "a regular lo que no corresponde", en alusión a la cuestión idiomática, y centrarse puramente en la actividad del sector. No obstante, consciente de la sensibilidad en esta materia, después de la rueda de prensa desde la Conselleria de García se apuntó que los clientes verán garantizados sus derechos con la normativa específica que ya existe para los consumidores, que sí establece la obligatoriedad de los comercios de facilitar determinada información en las lenguas oficiales, aunque ello tampoco afectará a los rótulos publicitarios.

Otro de los puntos destacados de la nueva es la ampliación de los días de apertura para las grandes superficies en domingos y festivos, que serán 15 el año que viene -considerado como de transición-, y 16 a partir de 2016 y sucesivos. Por contra, el conseller recordó que "el pequeño comercio, la pequeña tienda", a los que alabó como impulsores de la actividad comercial y dinamizadores de los centros urbanos, pueden abrir todos los días del año".

Además de recalcar continuamente "el máximo consenso" alcanzado, "fruto del trabajo y acuerdos" con el sector empresarial, los sindicatos y los consumidores, García tildó a la liberalización comercial como "la piedra angular" de la nueva ley. Así, el Govern ha querido dar la máxima libertad a los comerciantes en todo lo concerniente a los horarios y los días de apertura. Todas las tiendas, excepto las grandes superficies, podrán abrir hasta 90 horas semanales, distribuidas de la forma que consideren.

Asimismo, el nuevo texto normativo mantiene la liberalización de las rebajas, que no tendrán ningún periodo específico establecido.

Otro aspecto en el que sí incide el proyecto de ley aprobado ayer son las zonas de gran afluencia turística (ZGAT), cuya declaración a partir de ahora "será más restrictiva", anunció el conseller. La posible concesión de nuevas ZGAT tendrá como referencia una serie de criterios objetivos para su evaluación por parte del Govern, a partir de la petición de los Ayuntamientos para todo o parte de su término municipal. Entre los requisitos está la concentración de establecimientos turísticos o la proximidad a áreas portuarias.

Joaquín García también destacó entre las novedades la cesión a los Ayuntamientos de la competencia sancionadora de la venta de bebidas alcohólicas a menores en establecimientos comerciales y en materia de venta ambulante. Finalmente, la nueva ley de Comercio incorpora las nuevas tecnologías, para regular aspectos del comercio electrónico y las ventas on line.