­"La nueva cárcel estará a la altura del bienestar balear", decía en junio de 1999 el entonces ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja. Junto a él sonreía para las cámaras el president Matas, que en pocas semanas volverá a entrar en el recinto, aunque esta vez probablemente huyendo de los flashes que inmortalizarán el momento histórico en el que un president autonómico balear entra por primera en prisión por corrupción.

Podrá comprobar allí si de verdad la cárcel de Palma está a la altura del bienestar de la isla, como decía Oreja, o si los más de mil reclusos del centro penitenciario que encerrará a Matas son el "termómetro moral de la sociedad balear", como los describieron entonces el president y el ministro.

Quiere la casualidad que muy cerca, en el modulo de mujeres, esté encerrada quien el día de la inauguración compartía portada de Diario de Mallorca con Matas: Maria Antònia Munar. Acababan de celebrarse las elecciones y Matas trataba de garantizarse el apoyo de UM. No lo obtuvo y el expresident pasó a la oposición, para recuperar el poder cuatro años después, iniciando la legislatura de la corrupción rampante, el Palma Arena y Nóos. Ahí empezó el paseíllo que le conduce a su celda.