­Representantes de la empresa que organiza excursiones etílicas en Magaluf (pub crawling) y que lleva una semana en el centro de la polémica por el concurso de felaciones -Carnage in Magaluf- comparecieron ayer ante una nube agitada de cámaras de televisión, fotógrafos y periodistas británicos y de la isla para ofrecer una versión exculpatoria de los hechos.

En una rueda de prensa que se organizó en pleno centro de Punta Ballena, el Magaluf Rocks, tanto el director de la compañía, Paul Smith, como el representante legal, Mateo Cañellas, quisieron remarcar que ellos “no son responsables del comportamiento que tengan determinadas personas” fuera de los locales que son de su propiedad. Eso sí, Smith reconoció que el pub donde se hizo la grabación formaba parte de una excursión etílica organizada. “Me pareció repugnante”, enfatizó el director de Carnage in Magaluf, cuando le preguntaron qué había sentido al ver el controvertido vídeo. Señaló, sin embargo, que él no sentía una “responsabilidad moral” acerca de lo sucedido, desde el momento en que no tenía conocimiento previo de que este tipo de prácticas se llevaban a cabo durante el pub crawling.

Ocho entradas

De hecho, Smith, quien aseguró que no se había puesto en contacto con la joven irlandesa de 18 años protagonista del vídeo tras la difusión de la noticia, quiso destacar que la chica protagonista del vídeo y sus amigas compraron al día siguiente de los hechos ocho tiques para participar en otra excursión etílica promovida por la misma compañía.

Esta empresa organiza cuatro excursiones etílicas cada semana en Magaluf. Para participar hay que tener más de 18 años y pagar una entrada que cuesta 25 euros. Ese precio incluye una camiseta, lo que la empresa llama un “recorrido controlado en torno a una serie de bares de Magaluf”, y un bar con todo incluido al final del itinerario.

Sin bebidas gratis

Los representantes de Carnage in Magaluf negaron que a la joven que protagonizó la felación colectiva se le ofreciera algo a cambio, a diferencia de lo que ha trascendido en los últimos días en infinidad de medios de comunicación. “No lo hizo a cambio de bebidas gratis ni de nada”, declaró Cañellas.

“Estos hechos pasan en otras zonas turísticas”, declaró el abogado, a quien se le preguntó si la difusión de estas informaciones puede suponer una publicidad extra para la compañía. Cañellas lo negó y, para corroborarlo, apuntó que la polémica ha motivado que haya “más controles externos” sobre su actividad empresarial. En varios momentos de la rueda de prensa, Smith y Cañellas incidieron en que “aumentarán los controles” para evitar este tipo de prácticas.

Así, el abogado de la compañía detalló que “se va a instruir a los guías” del pub crawling a fin de que no estimulen estas prácticas de índole sexual.

En esa misma línea se expresó Smith, quien manifestó: “Yo no quiero perder mi licencia, así que seguro que habrá cambios”. En una de sus últimas intervenciones, reflexionó sobre la trascendencia mediática que había tenido el vídeo, y recordó que en Magaluf hay “muchas otras cosas malas, como la prostitución”, de las que no se habla tanto.

Durante la rueda de prensa, quedó sin aclarar una de las dudas que persiste acerca de toda esta historia: ¿dónde se grabó el vídeo con el pub crawling con felación colectiva que ha dado la vuelta al mundo? Ninguno de los representantes de Carnage in Magaluf se pronunció al respecto. En cualquier caso, Cañellas dijo: “Estos hechos no han pasado en un local nuestro”.

En otro momento de la rueda de prensa, Smith sí que reconoció que el bar donde se hizo la grabación forma parte, aunque no sea de su propiedad, de la ruta de las excursiones etílicas organizadas en Magaluf.