Creen que ninguno de los sindicatos de la enseñanza representan sus intereses e inquietudes. Y por eso han decidido crear el suyo propio, un sindicato aún sin nombre. Lo impulsan algunos miembros de la Assemblea de Docents para poder trasladar a mesas sectoriales las reivindicaciones de este movimiento, empezando por los diez puntos planteados en la convocatoria de huelga: de la retirada del TIL a la bajada de las ratios o el cierre de los expedientes a los directores de Maó.

"En mayo, cuando empezaron las mesas sectoriales, en una asamblea del IES Josep Sureda i Blanes vimos que estas mesas quedaban cojas por que la Assemblea no tenía representación y luego hablamos del papel que habían tenido los sindicatos este año y se vio que la mayoría de la gente no se sentía representados por los sindicatos". ¿Por qué? "Se sentían desengañados, traicionados", explica Maria Gràcia, una de las impulsoras y portavoz de la iniciativa que aclara rápidamente que no se busca un sindicato personalista y que aún está poder decidir muchas cosas, como quién ejercerá de secretario general.

La profesora apunta que una de las principales críticas se centraba en que fue la Assemblea quién finalmente tiró para adelante la movilización de este curso.

Este grupo planteó la propuesta de que la Assemblea se constituyese en sindicato y se debatió en la reunión que tuvo lugar en Inca el pasado día 26 de junio, pero la proposición fue rechazada al entender que se vulneraría el sentido y la naturaleza del movimiento asambleario.

Este grupo de profesores lo planteó entonces en su asamblea de instituto y acordaron intentarlo por su cuenta. El 3 de julio tuvieron una primera reunión informativa a la que asistió una veintena de personas que demostraron su interés por el proyecto.

¿Qué les caracteriza? "No somos de nadie y venimos a ocupar una espacio vacío que han dejado los sindicatos", apunta. Además de vincular las acciones del sindicato a las decisiones de la Assemblea, defienden restringir los tiempos de los liberados y cargos representativos y que haya una rotación ya que consideran que "hay cúpulas muy alejadas de las clases y los centros cuando deberían estar cerca para saber qué pasa". Proponen que los liberados sean parciales ("nos gusta dar clase", aclara Gràcia) y quieren renunciar a impartir cursos de formación, ya que creen que ya hay muchas infraestructuras desaprovechadas en institutos y colegios que Educación debería usar para ofrecer formación. Su papel en este sentido sería "vehicular" las demandas de formación de la comunidad educativa hacia la Conselleria y que ésta se encargase de la formación.

En los próximos días registrarán los estatutos y darán a conocer su nombre oficial. Planean convocar su asamblea general en septiembre u octubre y elegir a su secretario general y poder presentarse así a las elecciones sindicales que tendrán lugar en diciembre. No saben muy bien qué esperar, pero estos docentes no quieren quedarse con la espina de ni siquiera haberlo intentado.