Marco Antonio Tejeiro Losada, el contable del grupo Nóos desde 2003 a 2008, confesó ayer que ese instituto sin ánimo de lucro, y otras dos fundaciones que le sucedieron, fueron una trama ideada y dirigida por Iñaki Urdangarin y su cuñado Diego Torres. Tejeiro, el primer arrepentido del caso Nóos, no incriminó en los hechos a la infanta doña Cristina, ni a sus hermanos Miguel y Ana María, esta última cónyuge de Torres.

Marco Tejeiro, a pesar de ser contable de Nóos y cuñado de uno de los “dueños” y jefes del grupo, Diego Torres, apenas era un mileurista. Farmacéutico de carrera, sobrevivió vendiendo libros hasta que su cuñado le dio un puesto en el grupo de empresas Nóos.

El juez Castro le imputa 17 delitos en su auto de fin de instrucción, los mismos que a su hermano Miguel y dos menos que a su hermana Ana María, la esposa de Torres. MarcoTejeiro en su escrito de siete folios remitido al fiscal Pedro Horrach, con el que ha negociado una atenuante de colaboración, no menciona a sus hermanos: solamente incrimina a Diego Torres e Iñaki Urdangarin.

De contable a colaborador

Marco Tejeiro explica en su escrito que los hechos confesados los ha vivido en su condición de empleado del grupo Nóos y que ahora los relata para colaborar con la Justicia.

Lo primero que aclara el arrepentido es el organigrama de Nóos: “los jefes que lideraban el grupo, teniendo un absoluto control y poder de decisión del mismo fueron Diego Torres e Iñaki Urdangarin”. Estos dos imputados tenían “un control total en sus ámbitos laboral, fiscal, contable y financiero”.

Llamativamente Tejeiro no alude a que el grupo Nóos consiguió los contratos con las Administraciones Públicas (el Govern balear y la Generalitat valenciana) gracias a la pertenencia a la Familia Real de Iñaki Urdangarin.

Sin embargo, sí que menciona “los responsables políticos” de Valencia y Palma garantizaron al duque de Palma y a su cuñado que los fondos públicos llegarían para que Nóos organizase sendos eventos sobre turismo y deporte en ambas regiones. Por eso, “se empezó a trabajar en el evento con anterioridad a la firma de los correspondientes convenios de colaboración”.

La segunda gran confesión versa sobre el objetivo de Nóos -y de las fundaciones Areté y FDCIS (Deporte, Cultura e Integración Social), que le sucedieron-: “recibir fondos públicos de las Comunidades Autónomas de Valencia y Balears, que se terminaron repartiendo y distribuyendo entre los señores Torres y Urdangarin”.

Costaron menos de lo pagado

Tejeiro tampoco entra a valorar el interés para el bien común de los foros organizados por Nóos, que siempre pivotaron en torno al binomio deporte-turismo. Lo que sí admite el arrepentido es que “el coste real de los eventos fue notablemente inferior al importe recibido de los organismos públicos para su acometimiento” ¿Qué pasó con aquel sobrante? La respuesta la aporta con claridad: “se lo repartían entre los dos jefes”.

Tejeiro ratifica la tesis de la Agencia Tributaria, del juez y del fiscal: Nóos funcionó como una empresa normal y no como una organización sin ánimo de lucro.

“Pese a que el Instituto Nóos actuara bajo la forma jurídica de asociación sin ánimo de lucro, materialmente funcionaba como una mercantil, en tanto que su margen comercial (los beneficios) no revertía en el objeto de la asociación, sino en las empresas de los señores Torres y Urdangarin”.

El colaborador también coincide con los investigadores al declarar que “Nóos se valió de su forma jurídica para conseguir convenios con las Administraciones” y “perseguía fines lucrativos”.

Facturación falsa

El contable, dada su posición en el grupo, sabía perfectamente cómo fluía el dinero entre las distintas entidades, para acabar en los bolsillos de su cuñado y del cuñado del rey Felipe VI.

“Las sociedades privadas de Diego Torres y de Iñaki Urdangarin giraban facturas contra el Instituto Nóos”, simulando haber prestado a éste distintos servicios y trabajos.

La confesión lo explica de la siguiente manera: “Las facturas conducentes a tal fin no respondían a servicios realmente prestados, sino que eran la forma en la que los señores Torres y Urdangarin se repartían los beneficios del grupo Nóos”. De esta forma los líderes de la trama “desviaban fondos del grupo Nóos a sus empresas” y se retribuían por su labor en el instituto sin retención fiscal alguna.

El empleado menciona a continuación los trucos utilizados para aquellos movimientos de fondos: triangulaciones de facturas, así como la creación de una red fiduciara en paraísos fiscales e Inglaterra.

Esta trama internacional de Nóos fue dirigida por Diego Torres. Tejeiro asegura desconocer si Urdangarin se benefició de esa red, destinada a sacar fondos de Nóos de España y pagar menos impuestos.

El juez Castro estudiará si llama a declarar a Marco Tejeiro, a pesar de que la instrucción del caso Nóos se cerró mediante un auto el pasado 25 de junio, auto objeto de 15 recursos.