La población balear ha registrado durante los últimos años un fuerte impulso de la mano de la inmigración extranjera llegada en busca de un empleo, incluso durante los primeros años de la crisis económica. Así, se pasó de los 1.072.884 habitantes a 1 de enero de 2008 a los 1.095.426 de inicios de 2009, para subir a los 1.106.049 de 2010, a los 1.113.114 de 2011 y a los 1.119.439 del primer día de 2012. Pero a lo largo de ese último ejercicio esta tendencia de crecimiento se vio rota, y se llegó al 1 de enero de 2013 con 1.110.115 residentes en las islas. Un dato a tener en cuenta es que esta bajada se registró en el conjunto del país.

Según señala el catedrático de Geografía Humana de la UIB, Pere Salvà, este fenómeno se explica en buena medida por un fuerte descenso en el número de habitantes con pasaporte de otros países de la Unión Europea, que en el archipiélago bajó de los 133.740 contabilizados el 1 de enero de 2012 a los 116.900 de la misma fecha de 2013, provocado por una reforma tributaria que obligaba a declarar en España la totalidad de los ingresos conseguidos incluso fuera de nuestras fronteras, lo que hizo que muchos de ellos dejaran de empadronarse en país.

El descenso que se dio a lo largo de ese ejercicio no ha podido ser compensado con la subida conseguida durante 2013, y el archipiélago sigue por debajo de las cifras de población con las que se entró en 2012 y que supusieron las más altas de su historia.