El juez José Castro replicó ayer los duros ataques contra su imparcialidad y buen hacer profesional del fiscal Pedro Horrach, vertidos en el recurso contra la imputación de Cristina de Borbón en el caso Nóos, retando a anticorrupción a que se querellen por prevaricación contra él si realmente piensan lo que dicen. Castro expresó su repulsa y hartazgo por las prolongadas descalificaciones de Horrach contra él a raíz de sus discrepancias sobre la incriminación de la duquesa de Palma, unas diferencias que, según el juez, deberían de haberse zanjado con argumentos jurídicos y no con graves insultos.

El instructor del caso Nóoscaso Nóos barajó el jueves, cuando se hizo público el ácido escrito del fiscal contra él, devolver este recurso a Horrach con el encargo de que depurase las expresiones injuriosas. El recurso de anticorrupción se presentó directamente en apelación ante la Audiencia de Palma, sin pasar por el escalón previo de la reforma ante el propio instructor.

Castro se veía así privado de la posibilidad de replicar y defenderse ante las diatribas de la fiscalía por lo que tenía tres opciones: la citada de echar para atrás el escrito y solicitar una nueva redacción respetuosa, guardar silencio o expresar su opinión ante los medios de comunicación.

Ayer por la mañana, tras meditarlo a conciencia, optó por la última salida. El juez del caso Nóos puntualizó, en primer lugar, su “total respeto” ante las “discrepancias técnicas (jurídicas) que la fiscalía plantea contra mis decisiones, en este caso la imputación de doña Cristina de Borbón”.

Llamarle prevaricador

Castro también quiso dejar claro que resultan “intolerables” “las expresiones como las utilizadas por el ministerio público, que exceden claramente del ámbito de la legítima crítica y defensa de las propias posiciones procesales para entrar de lleno en la desconsideración y descalificación personal del juez”.

Periodistas, jueces y ciudadanos en general interpretan que Horrach acusa a Castro de prevaricar, al encausar a doña Cristina sin fundamentos legales, investigarla a fondo para ver si le encuentra alguna infracción, descartar pruebas a su favor, actuar por afán de protagonismo, hacer una instrucción “a la carta” y desoír los informes periciales de la Agencia Tributaria.

Por el contrario, desde la fiscalía mallorquina se negó ayer que se haya llamado prevaricador al juez del caso Nóos.

No opina lo mismo Castro: “Si la fiscalía piensa lo que dice de mí en sus escritos que interponga una querella por prevaricación, algo que ya tenía que haber hecho”.

No fue un desafío del magistrado, porque sabe que nunca la fiscalía general del Estado va a emprender acciones penales contra él, se trata de un mecanismo de defensa ante ataques indiscriminados e injustos. Una querella contra el juez del caso Nóos a estas alturas de la instrucción supondría dinamitar todo el trabajo de investigación de los últimos cuatro años y minaría la credibiliad de la Justicia.

José Castro recordó que el escrito de Horrach del jueves no es el primero donde se vierten descalificaciones contra él, aunque quizás sí sea el más duro.

El fiscal anticorrupción ha cargado al menos en cuatro ocasiones contra Castro. Horrach rompió su amistad y buena sintonía contra el magistrado cuando éste decidió citarla como imputada por su supuesto papel de gancho en el caso Nóos en abril del 2013.

Algunos jueces de Palma, entre ellos el decano de los juzgados unipersonales, Francisco Martínez Espinosa, expresaron ayer su apoyo al instructor del caso Nóos por las diatribas contra él de la fiscalía.

Estos magistrados propusieron la convocatoria de una junta extraordinaria de jueces para analizar la cuestión y emitir un comunicado de respaldo a su compañero atacado. Al parecer, la idea no cuajó a instancias del propio agraviado, que no quiere prolongar la polémica.

Torres niega las ofensas

El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, señaló ayer en Pontevedra que en el recurso del fiscal anticorrupción Pedro Horrach contra la decisión del juez José Castro de imputar a la infanta Cristina por delito fiscal y blanqueo, éste “se limita a discrepar respetuosamente” del magistrado.

“El juez ha cambiado de criterio y lo respetamos”, dijo el fiscal general, que añadió que Horrach “puede reflexionar en el sentido de entender que la falta de apoyatura jurídica del auto del señor Castro se puede basar, dicho sea con todo el respeto, en conjeturas”, un comentario que Torres-Dulce valoró como “una apreciación del fiscal”.

Por otro lado, el fiscal del Tribunal Supremo (TS) Manuel Dolz explicó ayer que Cristina de Borbón podría no sentarse en el banquillo aunque la Audiencia Provincial de Palma confirmara su imputación en el caso Nóos, en caso de que se aplicara la “doctrina Botín”.

Este fiscal hizo esas consideraciones en declaraciones a los medios de comunicación en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, donde participó en un curso impulsado por la Policía Científica

Dolz señaló que, de acuerdo con precedentes como el de la denominada “doctrina Botín”, no es posible abrir juicio oral cuando solo lo pide la acusación popular, y sin que lo soliciten la fiscalía o la acusación particular, en el caso Nóos la Abogacía del Estado, en representación de la Agencia Tributaria.

Este fiscal señaló que ese criterio fue “matizado” por la “doctrina Atutxa” y habrá que “barajarlos” si la Audiencia de Palma finalmente confirma en su integridad el auto del juez Castro.

En este caso, ni el ministerio fiscal ni la Abogacía del Estado piden la apertura de juicio oral contra doña Cristina de Borbón, según recordó Dolz.

También recalcó que “es evidente” que cualquier ciudadano español, “incluida” Cristina de Borbón “merece un juicio justo”.

La cuestión de si Manos Limpias, la única parte dispuesta a sentar en el banquillo a la duquesa de Palma tras la renuncia del frente de Julio Anguita Somos Mayoría, está legitimada para acusar se planteará si se confirma el encausamiento de doña Cristina.

Después vendrá el auto de apertura de juicio oral dictado por Castro y, como cuestión previa, antes del juicio la impugnación de la legitimidad de Manos Limpias.

En otro orden de cosas, fuentes jurídicas mostraron también su extrañeza porque el fiscal Horrach haya pedido la exculpación de Ana María Tejeiro, la esposa del exnúmero dos de Nóos Diego Torres, por delito fiscal, máxime cuando fue él quien instó su imputación por esos hechos.

Las fuentes recuerdan que Ana María Tejeiro declaró por ese delito fiscal y la fiscalía anticorrupción no presentó después ningún escrito reclamando su exculpación. A Tejeiro se le imputan otro rosario más de delitos por su papel en la trama Nóos.