Una señora encargó ayer desde Córdoba a una floristería de Palma la entrega de un obsequio floral para el juez Castro, al que alabó por "su buen trabajo".

La llegada del obsequio a los juzgados de Vía Alemania no pasó desapercibida para los periodistas que estos días cubren allí el caso Nóos. El repartidor fue inmortalizado por las cámaras y explicó que el contrato había llegado a través de internet.

La tienda también quiso entregar otra flor (una rosa tintada de azul) al magistrado de su parte.

Castro goza de una enorme popularidad, aunque también tiene opositores. A su juzgado llegan periódicamente cartas de simpatizantes o detractores, aunque predominan las primeras.