¿Un adjetivo para describir el curso que acaba de terminar? "Cansino, agotador...", dice bromeando uno de los entrevistados por este diario. Con este comentario el entrevistado señala quizás uno de los pocos aspectos en los que pueden ponerse de acuerdo tanto los contrarios al TIL como los detractores de la marea verde y favorables al proyecto trilingüista: este curso ha sido agotador. De principio a fin. Para todos. Otros términos citados por los protagonistas de estas páginas: de "surrealista" a "conflictivo", pasando por "convulso", "desastroso", "descentrado" o "marcado por la intransigencia".

El viernes 13 de septiembre, el primer día de clase, fue, como dijo la consellera Joana Maria Camps, un día "normal" si se entiende por ´normalidad´ la masiva presencia de camisetas verdes y ánimos encendidos ante la implantación de un programa plurilingüe que aterrizaba vía decreto ley de urgencia tras dos años de duros ajustes en los centros. Las clases arrancaron con una huelga indefinida que se prolongó tres semanas, que sacó a la calle a 100.000 personas para rechazar la política educativa del Govern. En algunos centros han sumado hasta 19 días de parón.

Tensión de principio a fin

Las clases empezaron con crispación máxima y, aunque ahora Educación y los sindicatos parece que han vuelto al diálogo (parece), en algunos centros ha vuelto la tensión: más de 120 claustros han votado en contra del proyecto TIL mientras los directores intentan aclararse entre órdenes e instrucciones. Como guinda, un profesor, Jaume Sastre, se ha convertido en símbolo de la defensa de la lengua catalana más allá del archipiélago tras 40 días en huelga de hambre.

Un nuevo y determinante actor de este curso ha sido la Assemblea de Docents. Aunque los sindicatos CCOO y STEI-i son también convocantes de la huelga y la conselleria ahora no quiera tratar con el movimiento asambleario, éste ha conseguido movilizar a miles de personas para expresar su rechazo.

La consellera Camps ha reunido esta semana a los sindicatos y los ha descrito como los "representantes legales" del profesorado, aunque la semana pasada consideraba que no eran "interlocutores válidos" al estar "dominados por la Assemblea". Las dos partes aludidas creen que estas declaraciones solo buscan dividirles.

"El inconformismo sigue"

Uno de los portavoces de la Assemblea, Iñaki Aicart,ve muy negativo que este curso "anormal y desagradable" acabe con el conflicto abierto "a pesar de que la Conselleria intente aparentar que se ha cerrado haciéndose la foto con los sindicatos". Para él, el rechazo a los proyectos TIL es una prueba de que los centros siguen dispuestos a poner resistencia. Y ése es para este profesor uno de los aspectos positivos del final de curso: la resistencia demostrada. "No nos hemos desgastado", apunta, "el inconformismo sigue, y más cuando no se ha avanzado en ninguno de los puntos planteados en la huelga, como las condiciones sociolaborales o los expedientes".

Respecto a la aplicación del TIL, Aicart desmiente la versión de Educación de que ha ido como la seda: "El porcentaje de aprobados puede ser el mismo, pero muchos profesores han bajado los contenidos o no lo están aplicando, o lo están haciendo medio medio...".

"El curso empezó de forma anormal y ha acabado de forma anormal", resume Biel Caldentey, secretario general del STEI-i, que considera que el año ha estado marcado por la falta de voluntad de diálogo del Govern y "por su desprecio a la comunidad educativa". El líder sindical cree que tras el primer año del TIL se comprueba que es más "un proyecto político impuesto" que una "reforma consensuada". Utiliza dos palabras para hablar de este año: surrealismo e intransigencia.

"Caos jurídico"

Toni Baos, al frente de la federación de enseñanza de CCOO, pone el acento en la gestión "terrible" a nivel jurídico que considera ha hecho Educación, lo que ha contribuido a generar más crispación: "Estés de acuerdo o no con lo que aprueben, lo mínimo es que se gestione bien a nivel jurídico y este curso ha sido un desastre".

En línea similar se expresa Antoni Morante, presidente de la asociación de directores ADESMA, que lamenta especialmente "la improvisación y el caos" que cree ha caracterizado la gestión de Camps y que les ha complicado mucho la vida a la hora de gestionar los centros: "Dictan normas, luego ven que no dan respuesta a lo que querían y lo intentan arreglar con instrucciones y directrices...y así". Critica que "no se ha tomado ni una medida significativa para mejor la educación".

"Ha sido caótico y anormal, con una problemática que se ha mantenido constante y no solo por el TIL, sino también por los recortes en las condiciones laborales", apunta Maria Alarcón, responsable de enseñanza en UGT, que deplora asimismo "la represión vivida por los centros" y la confusión generada en cuanto a la normativa. Desde ANPE, Antoni Martorell, también cree que lo más reseñable ha sido la "falta de diálogo y la actitud de agresividad de la Conselleria hacia el profesorado".

La realidad ha variado de la red pública a la concertada y en este último caso también hay percepciones diferentes entre la patronal mayoritaria y las cooperativas. Así, Bernat Alemany, presidente de Escola Católica, no mete caña al Govern al indicar que en su opinión el curso ha estado marcado en su caso por "el esfuerzo de los centros en dar la mejor respuesta posible en cuanto a oferta educativa y para avanzar en materia de plurilingüismo". En este sentido, aprovecha para destacar "el comportamiento y la disposición de los profesionales". Incluso aprovecha para agradecer públicamente que este curso han logrado que la Administración se ponga al día con los pagos de las partidas de funcionamiento, cuando cursos anteriores se habían llegado a acumular hasta seis meses de impagos.

Desde las Cooperatives d´Ensenyament, a Enric Pozo le aflige no haber sido capaces de consensuar el tema del TIL, lo que cree que ha marcado el trabajo de todo el curso. No se olvida de otro tema, más oculto por la problemática lingüística, y es que las familias siguen en crisis: "Este año se ha notado bastante los problemas de los hogares para comprar libros y materiales".

Los padres

En un conflicto como el vivido, los padres han tenido un papel fundamental. Algunos se han sentido víctimas de una huelga cuyos motivos no compartían y han decidido conformar nuevas APAs o asociaciones para defender su postura, mientras otros la han apoyado al ser totalmente contrarios al proceder de Educación.

La federación de APAs mayoritaria, FAPA, forma parte de la marea verde y lamenta que el "convulso" curso vivido por "la falta de diálogo del Govern". Así se expresa su presidente, Vicente Rodrigo, que también deplora la "improvisación" y la vulneración de derechos de las familias, como la libertad de expresión, la equidad y la posibilidad de participar.

Sobre las nuevas entidades de padres, Rodrigo por un lado aplaude que haya mayor interés por parte de las familias para moverse por algo que no sea la fiesta de fin de curso, pero señala que lo ideal sería que se impusiese la madurez: "Y todos fuésemos capaces de reunirnos en una sola asociación y tener diversidad de opiniones".

José Guerrero es portavoz de No Vaig de Vaga, otro nuevo actor de este año. También ve positivo que los padres "se hayan implicado más" y que haya "más debate". Para él, está claro que lo negativo de este curso - "descentrado"- es la conflictividad vivida en los centros y las posturas enrocadas que parecen hacer imposible ningún acuerdo, "lo que ha generado situaciones muy complicadas para los padres". Para ellos el principal problema es "el nacionalismo catalanista de un minoría de profesores". Su deseo es que el próximo curso haya calma, pero no obvia que el conflicto "sigue latente".

Este curso ha sido movido y las previsiones para el próximo no son de calma. Confluirán varias circunstancias: la extensión del TIL a más cursos; el aterrizaje de la LOMCE y las elecciones, y algunos como Caldentey, Morante, Aicart y Rodrigo creen que el Govern intentará mejorar su imagen dando algunas concesiones e "intentando maquillar las imposiciones y ajustes de los últimos años". Caldentey cree que la LOMCE será "otro experimento político" que complicará aún más la situación creada con el TIL y el presidente de FAPA habla de "cóctel explosivo". Rodrigo teme que la improvisación siga siendo la pauta: " Garantía de que todo irá de mal en peor".

Escepticismo ante el diálogo

La escenificación del reencuentro entre sindicatos y Administración es recibido con algo de escepticismo. Baos cree que el futuro curso dependerá de si se busca una solución real o un simple "lavado de cara, de ser así, el año que viene será igual que esté", vaticina el sindicalista, que confía en que la comunidad educativa se mantenga "unida y sin radicalizarse". Antoni Martorell expresa su esperanza de un cambio de actitud real por parte de Educación hacia la comunidad educativa, aunque en realidad asegura ser algo incrédulo tras los dos últimos años de gestión de Camps: "Esperamos con cautela".

La Assemblea por su parte debatirá la semana que viene sobre posibles movilizaciones. Ya anuncian que la intención es "seguir dando caña".