E l consenso cifra en cien mil a los manifestantes congregados contra el TIL en Palma, el pasado septiembre. El PP de Bauzá obtuvo 74.016 votos en las europeas del domingo en Balears. Por tanto, los mallorquines que exteriorizaron su oposición al Tratamiento Integrista de Lenguas superan en 25.984 personas a los votantes del farmacéutico, que se queda en minoría. Es el primer político de la historia de España que logra un mayor recuento de pronunciamientos en contra que a favor. Enhorabuena.

El vicepresidente Antonio Gómez destacó en su día que los manifestantes eran una minoría y que "no representan el sentir popular". Por tanto, y según el insigne matemático, el PP de Bauzá "no representa el sentir popular". Ha sido respaldado solo por uno de cada doce mallorquines. Ha perdido el apoyo de la mayoría de votantes que lo auparon al Consolado. Dos de cada tres le han dado la espalda en tres años, empeora mi record con las mujeres.

No se necesitaban unas elecciones para medir el rechazo a Bauzá. Sin embargo, conviene remitirse a la tozudez de los números cuando el Govern militar insiste en que recuperará elásticamente en futuras elecciones a los mallorquines que se han abstenido para no votarle. Esta autosuficiencia no solo contradice mi experiencia sentimental, también queda cuestionada por las europeas. Ya que un tal Pablo Iglesias asistió impresionado en Palma a la manifestación de los cien mil del TIL, en compañía de su novia Tania Sánchez, recordaremos que los 27.794 votos de Podemos lo sitúan a solo 46 mil sufragios del PP y como tercera fuerza balear.

Es tan razonable que el PP piense que va a recuperar su mayoría absoluta, como que Podemos se plantee convertirse en la primera fuerza de la comunidad. Perdón, matemáticamente es más fácil que Podemos llegue a primera fuerza, porque la repetición de la hegemonía de los populares se halla a cien mil votos de distancia.

Pasaríamos así del Govern militar al Govern revolucionario. Todo lo cual sería una catástrofe, porque Podemos carece de intelectuales de la talla de Herr Kommandant Bauzá, Antonio Gómez o Juana María Camps. Su nómina de eurodiputados incluye figuras tan indoctas como Carlos Jiménez Villarejo, el fiscal Anticorrupción que impulsó la investigación del Túnel de Sóller de Cañellas. Al apoyar sin fisuras a su colega Juan Carrau, sembró la simiente de la lucha contra la corrupción que ha desenmascarado a la asociación de malhechores a veces llamada Govern PP/UM. En cambio, el patriarca de Podemos no tiene la culpa de ser el tío de Trinidad Jiménez. Me atrevo a decir que sin Jiménez Villarejo no habría un caso Infanta, aunque sus sucesores hayan acabado demostrando que La Telefónica es más inviolable que La Zarzuela.

Por cierto, la sentencia del Supremo que confirma la sentencia a Maria Antònia Munar en Can Domenge incluye una rehabilitación del periodismo, sin precedentes en la prosa judicial. Entre los "verdaderos indicios, poderosos y vehementes, que cumplen los requisitos exigibles a la prueba" de la socia de Matas, se detallan "las protestas y denuncias de los medios de comunicación, a propósito de las sospechas que existían sobre las irregularidades cometidas". Necesitábamos este balón de oxígeno, ahora que los periodistas también corremos el riesgo de ser arrastrados por la ola de Podemos.

Estábamos en que, gracias a Bauzá, un Govern de Podemos no es una utopía. Para entibiar euforias, conviene recordar el lema de Wall Street cuando se dispara una cotización, "los árboles no crecen hasta el cielo". Aunque cabría añadir que "los árboles sí caen hasta el suelo" porque el PP balear, que mejoraba los porcentajes del partido en toda España, se ha convertido por primera vez en un lastre estatal. Compruebe usted mismo los porcentajes de la derecha en otras comunidades, no voy a hacerle todo el trabajo. Balears es la undécima autonomía en voto conservador, otro éxito sin precedentes de Bauzá.

Una pecaminosa camiseta verde en un colegio electoral puede inducirte "indirectamente" a votar contra el PP. Ahora bien, ver a Bauzá en un colegio electoral también te incita "directamente" a votar contra el PP, y a nadie se le ocurriría prohibir por ello el acceso del farmacéutico a un colegio electoral. De hecho, se paseó por las urnas palmesanas, dejándose con su sola presencia un reguero de votos por el camino.

El pasado lunes, día uno de la era Podemos, tuvo lugar el lanzamiento de las octavillas reproducidas en nuestra ilustración de hoy, a la entrada de los juzgados de Palma. El texto adjunto es demasiado violento incluso para esta sección digna de Tarantino. Aparte de que el nerviosismo de la nostalgia es un error, de qué se quejan, con un Gobierno Rajoy/Bárcenas que ha rehabilitado a los Tejero y les paga las paellas conmemorativas del éxito del 23-F.

En su andanada contra la soltería clerical, el Papa Francisco no ha precisado si los sacerdotes se podrán casar con otros sacerdotes, ni si podrán divorciarse en cuanto comprueben que el matrimonio es más exigente que el celibato. Son preguntas pertinentes, porque un capellán mallorquín vive el drama de la separación de su medio naranjo, encarcelado por corrupción política. A propósito, Dos madres perfectas es una película decididamente inmoral que ninguna mujer debería perderse. Allí he renovado el voto de adoración a Robin Wright (48), mi diosa cáustica.

Reflexión dominical rematada: "La perfección de la ironía es la exactitud".