­El Consell Consultiu publicó ayer su dictamen sobre la orden de desarrollo del Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL); un dictamen que finalmente, tras una marcada división en el órgano, es favorable a la orden, pero que igualmente reprocha a la conselleria de Educación varios errores en su proceder, destacando su lentitud en la aprobación de este texto.

El dictamen recoge que este retraso por parte de la conselleria que dirige Joana Maria Camps ha obligado al Consultiu a alterar el orden de atención de asuntos que tenían marcado para dar preferencia a éste con urgencia, debido a la necesidad de que los centros educativos empiecen a trabajar ya en los proyectos educativos. El texto reza que, como llegó a decir Camps en una rueda de prensa, la Conselleria planeaba que los centros tuviesen entre el 15 de marzo y el 15 de abril para entregar sus proyectos, pero la orden de desarrollo del TIL no ha llegado a manos del Consultiu hasta el 15 de abril, con lo que es imposible cumplir con el plazo fijado inicialmente. El órgano que preside Rafael Perera recuerda que Educación aprobó un decreto ley de urgencia el día 7 de septiembre para sortear la sentencia del TSJB que anulaba el calendario de aplicación del TIL y poder seguir adelante con su aplicación el presente curso. El dictamen recoge su incomprensión ante el hecho de que la Conselleria ya supiera ese día 7 de septiembre que debía tramitar una orden para regular el desarrollo del TIL y que hasta el día 31 de enero no comenzara su redacción. Recomiendan a Educación que reaccione antes "para evitar situaciones análogas en el futuro".

El dictamen critica otros aspectos, como que se usan conceptos jurídicos "indeterminados", como la adaptación de los proyectos TIL a "la realidad social de cada centro". El texto incluso además hasta seis observaciones "esenciales" y la primera subraya que la orden no deja suficientemente claro "el respeto" al hecho de que los titulares de los centros concertados tienen derecho a redactar su proyecto educativo, que incluye a su vez el proyecto lingüístico, en base a la normativa vigente. Suprime también el punto de la orden que hace mención a la evaluación, al considerar que no es desarrollo ni despliegue del decreto. Entre otras advertencias, establece que a diferencia de lo que dice la orden los libros de texto a utilizar en las materias impartidas en inglés no tienen porqué estar en esta lengua.

El voto particular de los consellers Carmen Fernández, Maria Ballester, Joan Oliver Araujo, Pedro A. Aguiló y Pere Aguiló recoge y amplía todos estos reproches ya que aseguran que si dependiera de ellos el informe hubiera sido desfavorable: "Este órgano no ha cumplido su trabajo institucional". Entre otras cosas, critican que el TIL "debilita de forma injustificada el estatuto legal de la lengua catalana" cuando aún no se ha alcanzado la normalización. Asimismo, ponen en duda "los propósitos" de este proyecto, sus "altas dosis de rigidez", la implantación improvisada y la escasez de recursos.