El sonado pinchazo de José Ramón Bauzá con el Círculo Balear es motivo de comidillas maliciosas entre la vieja guardia del PP, amante de los fracasos ajenos y las sentencias lapidarias: “Con lo que nos han costado y todo lo que le han sacado... ¡y luego se van a Vox!”

La ferviente entrega de la cúpula del Círculo al nuevo partido conservador y centralista del exfuncionario de prisiones secuestrado por ETA, Ortega Lara, ha enervado al aparato del PP balear, que lleva dos años invirtiendo más que mimos para al final caer en saco roto.

Nada más llegar al poder, el presidente Bauzá puso en marcha una calculada táctica de acercamiento a los sectores más derechistas y españolistas. El objetivo era sobre todo impedir que UPyD marcara en Balears, algo de lo que el líder de los ‘populares’ saca pecho ante los suyos en Madrid.

Como parte de la estrategia, Bauzá escogió a militantes de la formación magenta para ocupar altos cargos, lo que levantó no pocas ampollas en los alcaldes del PP, hartos de escuchar impotentes la cantinela “no podemos colocarte a nadie porque con los recortes no hay sitios”. Bauzá también nombró conseller a Carlos Delgado y reservó la gerencia de la Fundación para el Desarrollo Sostenible al factótum del Círculo. Entre las competencias de Jorge Campos estaba la gestión de la finca pública de Son Real, en cuya entrada hizo poner una bandera española para que se notara el nuevo statu quo. Y vaya si se notó.

A partir de ahí, las concesiones del Govern al Círculo han sido un goteo incesante: desde demontar la dirección general de Política Lingüística a implantar la libre elección de lengua. Pese a la continua genuflexión del Ejecutivo a sus pretensiones, en mayo de 2012 empezó a mascarse que una crisis amenazaba el idilio. Se consumó, y Campos dimitió de su cargo alegando “demasiadas discrepancias” por “motivos ideológicos” -nada menos­- con el Govern Bauzá.

No obstante el portazo, el Círculo Balear ha continuado siendo el principal lobby de presión del Ejecutivo, y entre sus méritos puede apuntarse la puesta en marcha del TIL o el conseguir la cabeza del exconseller de Educación Rafael Bosch por poner pegas al proyecto.

En todo este tiempo, Bauzá ha dedicado grandes esfuerzos a cuidar la relación con el Círculo, pero nada de ello ha logrado evitar la ‘fuga’ del staff hacia otra opción más atractiva. De hecho, la hasta ahora gerente de la fundación y esposa de Campos, Montse Amat, es la cara visible de Vox en las islas, a la espera de un congreso que elija a los candidatos y la dirección del partido. El aterrizaje de Vox en Palma el pasado 20 de marzo, para el que Campos congregó a más de 300 personas que escucharon las arengas del exdirigente del PP Alejo Vidal-Quadras, irritó al Consolat y provocó cierta hilaridad en el viejo PP al ver cómo Bauzá&cía pagaban la novatada: “Esto se veía venir desde el principio, por mucho que les des y les hagas caso, esta gente nunca tiene bastante”, reflexiona un exconseller del PP sobre el ala derechista.

Claro que a rey muerto, rey puesto. La marcha de la Fundación Círculo Balear ha cedido el trono a otra fundación, la Jaume III, cuya táctica pasa por alimentar la guerra mallorquín versus catalán y no tanto la españolización de Balears, que también. De momento Bauzá ya les ha hecho caso para ‘salar’ IB3, y esto solo es el principio. Claro que Bauzá parece no aprender la lección; vista la afinidad de los gerifaltes de la Jaume III con UPyD, el líder del PP se arriesga a que Rosa Díez se lleve todo el rédito.

Cañete viene a arengar al personal

El candidato del PP a las europeas, Miguel Arias Cañete, volará el sábado a Mallorca, donde comerá con payeses y luego se reunirá con pescadores, acompañado de la eurodiputada y número 7 de la lista, Rosa Estaràs. El PP prepara un mitin en Son Térmens (Bunyola), donde el también ministro animará al personal para que el 25 de mayo acuda a votar. Esto se calienta.