Las agresiones violentas contra médicos y otros funcionarios sanitarios por parte de pacientes o familiares se han convertido en una preocupación entre el personal de los centros de salud por la proliferación de este tipo de sucesos en los últimos años.

Con el fin de prevenir este tipo de situaciones y de actuar con celeridad en el caso de que se produzcan, el Hospital comarcal de Inca anunció ayer la puesta en marcha de un nuevo sistema que reduce el tiempo entre el aviso y la respuesta a estas conductas de violencia verbal o física.

El llamado Comité de Agresiones del centro hospitalario "ha propuesto una mejora del procedimiento de alarma para reducir los tiempos de comunicación y de actuación de los recursos disponibles cuando un profesional se enfrente a una situación violenta generada por un paciente o por las personas de su entorno (familiares o cuidadores) que requiera la intervención del personal sanitario de servicio, del equipo de celadores o de los profesionales de seguridad".

El departamento de Informática del Hospital, con la colaboración del servicio de Salud Laboral, ha diseñado un sistema de alarma que consiste en "un mecanismo rápido de alerta, discreto y muy fácilmente accesible para todo el personal".

Para activar el dispositivo, es suficiente con pulsar una tecla del ordenador. "Una vez pulsada, solo es necesario confirmar que se trata de un aviso de alerta real para que se avise a todo el personal que tenga que actuar para evitar la situación violenta, mediar o intervenir en ella", explicaron ayer fuentes del centro sanitario.

Según el hospital, el nuevo sistema de alarma presenta dos ventajas. Por una parte, está operativa en todos los servicios y unidades del centro, y por otra, la alerta que genera avisa a todo el equipo de trabajadores más próximos, además del servicio de seguridad, "lo que supone una mayor eficiencia gracias al tiempo de reacción inmediato y a la máxima proximidad del equipo interventor". Los mecanismos de alerta pueden activarse desde el mismo sitio donde se produce la agresión. La discreción del sistema es fundamental para evitar que el agresor sepa que se ha activado el protocolo del centro hospitalario.