­La guerra declarada por el Govern del PP y los hoteleros al alquiler de apartamentos a turistas va camino de convertirse en un estrepitosa derrota para el president Bauzá y la industria del alojamiento con la que se alió. Un año después del estallido del conflicto, con la aprobación de una ley que prohíbe arrendar a viajeros pisos que estén en edificios residenciales, la oferta es más variada que nunca. Para desgracia de los hoteleros que han hecho del fenómeno su principal caballo de batalla (pese a tener garantizada una ocupación máxima también este verano), y para fortuna de los miles de propietarios y pequeños inversores que recurren al alquiler a turistas como vía para obtener ingresos extra en plena crisis, la legislación está siendo sistemáticamente burlada. Contribuyen a ello decenas de páginas web españolas y extranjeras que centran su actividad en el arrendamiento a turistas de pisos de particulares.

Dos datos lo resumen: durante la última semana, Diario de Mallorca localizó sin demasiado esfuerzo 30 páginas de internet en las que se incluyen más de 12.000 ofertas de pisos de alquiler vacacional en Mallorca, la inmensa mayoría de ellas en condiciones claramente contrarias a las que exige la ley. Que al final es relativamente simple: se puede arrendar por días o semanas un piso en un edificio residencial, siempre y cuando el apartamento no se promocione a través de webs ligadas de un modo u otro al turismo, ni se anuncie con expresiones como "apartamento vacacional", según coinciden en analizar tanto en el despacho mallorquín Roig & Rubio Abogados, como en la consultora especializada Villa Consulting. Fuera de esa excepción, solo está autorizada la cesión por días y semanas de pisos de vacaciones que estén en edificios completamente dedicados al turismo, en casas aisladas o en chalets pareados.

Aunque la ley es papel mojado: la inmensa mayoría de las más de 12.000 ofertas de pisos localizadas se saltan la normativa, al estar alojadas en páginas que se dedican específicamente al turismo (como Homeliday.es, Tripadvisor.es, Homeaway, VacationRental.com o Spain-Holiday.com), mientras que el grueso de los anuncios recogidos en portales web de corte inmobiliario ofrecen sin tapujos como "apartamento turístico" o "piso vacacional" inmuebles ubicados en zonas tan marcadamente residenciales como el Casco Antiguo de Palma o los barrios cercanos al paseo Marítimo.

Sobran ejemplos de infracciones descaradas de la normativa. La más común es que el apartamento en edificio residencial aparezca anuncia como "piso de veraneo" o de "vacaciones", o en sus versiones en inglés (´vacation rentals´, ´holiday rentals´) y en alemán (´ferien auf Mallorca´ o ´ferienwhonungen´). La infracción adquiere el tono de chiste cuando en algunas ofertas se explica que "en el edificio hay vecinos mallorquines", mientras en las webs se ofrecen trucos a los propietarios para vulnerar la ley sin meterse en líos.

Más plazas ilegales que legales

La impunidad es tal que en algunas de estas páginas la oferta de apartamentos ilegales multiplica por diez la de chalets, pareados, villas y apartamentos que cumplen la normativa de Bauzá. Extraña poco así que quienes conocen un poco el sector turístico y el inmobiliario hagan chanza de la legislación, al considerar que el president Bauzá y los hoteleros intentan poner puertas al campo. Otros dos datos apuntalan su crítica: mientras el Govern Bauzá presume de que con su ley se han dado de alta para alquiler turístico 5.000 plazas en villas, casas y adosados, la treintena de webs analizadas por este diario suman mucho más de 50.000 plazas de alojamiento, sin las que costaría dar servicio a la cifra récord de turistas que se espera en este verano de ocupación hotelera máxima.

"Al final en esto estamos todos contra los hoteleros, cuando además sabemos de hoteleros y touroperadores que también tienen este tipo de apartamentos. Lo que se ha hecho no tiene mucho sentido. Hay fórmulas que permitirían ordenar esta oferta y además hacer que aflore y pague impuestos, en vez de operar tranquilamente en el ámbito de la economía sumergida", reflexiona José Luis Guillem, presidente de la asociación de promotores inmobiliarios, que asegura que "este año hay un compromiso por parte del Govern para no multar a nadie por esto".

Interpretaciones similares hacen los líderes del comercio, los restaurantes y negocios tan dispares como el transporte y las atracciones recreativas, que declaran de forma unánime su preferencia por el turista de apartamento, al que ven como antídoto contra al creciente número de viajeros que aterrizan en la isla para encerrarse en su hotel con un paquete de todo incluido. "La realidad es que empiezan a venir de alquiler rusos, suecos, daneses y alemanes de alto poder adquisitivo, que no viene con un todo incluido, sino que dedican cientos de euros al día a moverse en coche, a salir de compras, a cenar. Es decir, alquilan con economía sumergida, a través de webs muchas veces extranjeras que no dejan ni un euro en impuestos, pero mueven la economía legal. Si nos cargamos esto, mal vamos, porque este es el único turismo de calidad que viene a Mallorca. Lo mejor sería legalizarlo todo, porque es una fuente de ingresos muy importante", analiza el especialista y agente inmobiliario Domingo Chaparro, que enfatiza que el alquiler turístico ha permitido a Mallorca minimizar el impacto del estallido de la burbuja inmobiliaria.

Siguen alquilando

Aunque la preocupación por la campaña del Govern y los hoteleros es escasa entre los propietarios, como explican ellos mismos, que apuestan por seguir alquilando como si nada. Unos no tienen más remedio que hacerlo si quieren amortizar inversiones inmobiliarias que hicieron antes que al Govern Bauzá se le ocurriera acabar con la seguridad jurídica cambiando las reglas del juego. Otros confían en que la transversalidad de un tipo de alquiler que es fuente de ingresos para miles de familias baleares sea suficiente como para disuadir al Govern de ponerse a repartir multas. Y todos vienen a decir que, con el alquiler turístico, Bauzá y los hoteleros han visto gigantes donde solo había molinos, y encima han cargado contra ellos armados únicamente con una ley que es papel mojado. Simplemente, recalcan, es imposible de hacer cumplir.

Lo ven difícil en la propia Federación Hotelera de Mallorca, que desde hace meses planta cara a esta oferta turística, que consideran competencia desleal. Como este diario, los hoteleros han detectado decenas de páginas que se fuman la ley de Bauzá sin el menor disimulo.

¿Y qué hacen? Pues contactan con la empresa y denuncian el caso. Aunque no sirve para gran cosa. "En la Conselleria no tienen medios suficientes", lamenta Inmaculada de Benito, gerente de la Federación Hotelera , consciente de que la guerra que han declarado tiene toda la pinta de degenerar en una sucesión de escaramuzas perdidas. Con más de 10.000 ofertas ilegales latentes y quince inspectores para controlar una siempre mutante maraña de páginas web, frenar el fenómeno suena a combatir la marea con castillos de arena, para alegría de todos los empresarios. Salvo los hoteleros.