Balears cuenta con el Govern militar más eficiente del planeta. En un solo día del pasado mes de agosto, el ejecutivo autonómico tramitó la concesión de una subvención de 200.000 euros a la Fundación Kovacs, la favorita de José Ramón Bauzá. Su segundo, Javier Fons, era jefe de prensa del doctor Francisco Kovacs antes de convertirse en el peor director de gabinete que ha conocido el Consolat de la Mar.

El miércoles 14 de agosto de 2013, en plena canícula y vísperas de festivo, el Govern recibe una solicitud de subvención de 200.000 euros de un representante de la Fundación Kovacs, dedicada a la medicina alternativa mediante la implantación de grapas. Ese mismo día, sin importar las vacaciones, la secretaria general de Vicepresidencia tiene tiempo para evaluar la petición y redactar un informe favorable y laudatorio de unas técnicas carentes "de evidencia científica", según el dictamen de la Comisión Nacional de Neurología aplicado por el Gobierno central para negar la financiación pública del grapado.

Seguimos en el 14 de agosto, fecha de la solicitud de 200.000 euros y del entusiasta respaldo de la secretaria general. En esa misma jornada estival, el vicepresidente Antonio Gómez Pérez dicta una resolución favorable a iniciar el proceso de subvención, sin rebajar en un solo euro la cantidad requerida. No hay parangón de celeridad semejante en la administración española y puede que mundial.

El 15 de agosto era festivo, pero el día 16, en viernes y en el puente más mortecino del año, la diligente Vicepresidencia notifica a Kovacs el borrador de resolución. El mismo 16, la Fundación agraciada presenta un escrito de aceptación. Y sin salirse del viernes 16, la abnegada secretaria general de Vicepresidencia responde con la resolución favorable a entregar los 200.000 euros.

Mientras usted sudaba en una playa, en el frenético 16 de agosto se desarrollaron en Vicepresidencia tres complicadas gestiones administrativas, aparte de la cuidadosa comprobación de los expedientes. Por no hablar de los trayectos de ida y vuelta entre Govern y Fundación. La ejemplar diligencia de la conselleria de Gómez espoleó a la Intervención General de la Comunidad, la misma que ha sido incapaz de detectar un solo caso de corrupción. El 27 de agosto, los interventores ya han fiscalizado de conformidad el expediente, otro récord. El ejecutivo al completo no iba a ser menos, y el Consell de Govern otorgaba la subvención el 30 de agosto. Dos semanas después de la solicitud inicial, en un mes inhábil. El informe favorable de pago llegó en diciembre, casi más rápido que la farmacia del president y adelantando a cientos de proveedores.

La resolución del Govern destaca que el Rey y Bauzá forman parte del patronato de la Fundación Kovacs, toda una garantía. Los 200.000 euros quedan al margen del contrato anual de un millón de euros a la misma "institución filantrópica, sin ánimo de lucro". Al doctor Mario Gestoso, director médico de la Fundación, se le atribuyen unos honorarios a subvencionar en su mayor parte de 4.859 euros mensuales, por encima de los salarios del Ib-Salut y que suponen únicamente una "colaboración".

La solidaridad de Bauzá con Kovacs se extiende al terreno del ocio. Un documento del Govern detalla el trato privilegiado que recibió el doctor en su gira por Cabrera con fondos públicos, el domingo 7 de septiembre de 2012. El conseller Gabriel Company se volcó con el médico multisubvencionado, hasta el punto de que dos agentes medioambientales relatan en escrito oficial que su labor de guías turísticos al servicio del doctor les impidió "interceptar a los furtivos" que pescaban ese mismo día con botellas en la Cova dels Calamars. "En el momento de los hechos, la embarcación L´Imperialet (la única disponible en el parque) se encuentra con el único patrón acompañando al señor Kovacs, cónsul de Hungría, con familiares y amigos (entre ellos el teniente coronel del ejército de Tierra). La embarcación se pasó toda la mañana en la zona de reserva, a menudo sin cobertura telefónica de ningún tipo".

La excursión de Kovacs y sus amigos con fondos públicos se inicia cuando "a media mañana telefonea el gerente de Espais de Natura para informar de que vendrá el cónsul y de que le reservemos una boya. Más tarde telefonea el cónsul Kovacs para decir que ya podíamos ir a buscar su barca". El agente medioambiental telefonea a sus jefes para saber por qué zonas se puede llevar al médico grapador. "La respuesta es que se le acompañe sin entrar en las zonas de reserva. Una vez a bordo, Kovacs da instrucciones para ir a las zonas de reserva, y visitar las cuevas de costumbre".

Ante la negativa de los agentes a entrar en las zonas de reserva sin autorización expresa, "Kovacs hace unas llamadas para hablar con el conseller de Medio Ambiente. La secretaria del conseller indica al agente que la directora general (Neus Lliteres) llamará para dar órdenes precisas". A continuación se recibe "una última llamada del gerente diciendo que se les podía llevar por zonas de reserva. Se les acompaña, quedando fuera de cobertura y sin poder interceptar a los furtivos". Así ocurrió, salvo la mentira que Company, asiduo a los saraos de Cabrera, tenga preparada en esta ocasión.

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Reflexión onírica: "Cuántos sueños revolucionarios ha padecido el mundo por culpa de líderes afectados de insomnio".