Los peritos de la Agencia Tributaria adscritos al caso Nóos sostienen que unas facturas giradas por una empresa de Diego Torres a Aizoon, la consultoría de los duques de Palma, no son falsas, sino falseadas, lo que les sirve para exculpar a la infanta Cristina de un delito fiscal por el impuesto de sociedades. Los inspectores de Hacienda también utilizan las expresiones "simulación relativa" y "simulación absoluta" para distinguir a las facturas "falseadas" de las "falsas "y dar validez a las primeras.

El pasado 25 de enero depusieron ante el juez José Castro y el fiscal anticorrupción Pedro Horrach los tres inspectores de la Agencia Tributaria de Cataluña asignados al caso Nóos. Dos de estos funcionarios son peritos y la tercera intervino como testigo.

Uno de los extremos que se pretendía aclarar en esa prueba pericial es si tres facturas giradas por Intuit, la empresa de Diego Torres, a Aizoon en 2007 y por una cuantía de 69.900 euros eran falsas o no y si podían o no servir para calcular el impuesto de sociedades de la empresa de los duques de Palma de ese año.

Si, como mantiene el juez José Castro, esas facturas, calificadas de falsas por parte de Hacienda en sus informes, no se tenían que meter entre los gastos de Aizoon, la cuota defraudada ese ejercicio por esta empresa en el impuesto de sociedades superaba los 120.000 euros, lo que suponía atribuir a los socios de esa consultoría un delito fiscal.

Los dos inspectores de Hacienda rechazaron la tesis del instructor, y se inclinaron por mantener que Aizoon no cometió delito fiscal en 2007. Según los expertos, las facturas de Intuit eran "falseadas", que no "falsas", porque aunque no hubo ningún servicio prestado por la empresa de Torres a la consultoría de Iñaki Urdangarín, sí que hubo un traspase de fondos desde Aizoon a Intuit.

Según la Agencia Tributaria los 69.900 euros que Urdangarin pagó a Torres sirvieron para el reparto de beneficios de los negocios que ambos mantenían en Nóos.

"Ya lo hemos dicho, no es una factura falsa, en el sentido técnico tributario del término, es una factura falseada porque el servicio, o el concepto utilizado, no responden propiamente al negocio jurídico subyacente, pero en cambio el importe y el movimiento de fondos financiero existen, entonces no puedes decir que es una factura falsa, todo lo más que es una factura falseada", explicó uno de los funcionarios.

De esta forma a Urdangarin le sirvieron las facturas para aumentar sus gastos, y pagar menos impuesto de sociedades, mientras que a Torres le contaron como ingresos y abonar más por ese mismo impuesto.

Aizoon, sociedad pantalla

Los dos peritos también expresaron su disconformidad con la tesis del juez respecto a que Aizoon pudo cometer delitos contra la Hacienda Pública. La Agencia Tributaria mantiene que la consultoría de los duques, al igual que varias empresas de Diego Torres y su esposa Ana María Tejeiro, eran sociedades pantalla, vacías, sin actividad real y usadas únicamente para mover fondos.

"Estamos persuadidos de que Aizoon, Shiriaimasu, Intuit, Virtual, Nóos Consultoría, Instituto Nóos, De Goes, son meras pantallas, son simples instrumentos interpuestos que sirven para pasar gastos personales, que no tienen estructura, ni capacidad, ni envergadura para hacer todo eso...", explicaron.

Según los peritos, lo que procede es anular Aizoon como sociedad y atribuir sus ingresos a Iñaki Urdangarin como IRPF.