"Yo no he venido a protestar contra la infanta, no somos quiénes para juzgarla. Venimos a apoyar al juez Castro y a darle las gracias por su enorme labor". Una mujer, envuelta en una sábana blanca en la que, con letras negras agradecía su trabajo al juez instructor del caso Nóo, contestaba así a las voces de aquellos que cargaban contra la infanta Cristina. Imposible encontrar entre las más de 200 pesonas congregadas en las inmediaciones de los juzgados de Vía Alemanya una sola que prestara su apoyo a la hija menor del Rey.

Las medidas de seguridad, mucho más estrictas que las tomadas para las declaraciones de su esposo, Iñaki Urdangarin, mantenían alejados a los manifestantes que, madrugadores, comenzaban a llegar pasadas las ocho de la mañana. Sus voces apenas se escuchaban unos cientos de metros más allá, en la parte trasera de las dependencias judiciales por donde debía entrar la infanta Cristina, pero poco les ha importado, las consignas contra la corrupción y de apoyo a la labor judicial se repiten de forma incesante.

"La responsabilidad de todo esto la tenemos los ciudadanos", decía una de las manifestantes, "somos nososotros los que deberíamos haber vigilado a los gobernantes y no lo hemos hecho".

Trabajadores de Coca-Cola no han querido dejar pasar la ocasión para sumarse a las protestas y exigir que se pare el ERE en marcha en la embotelladora de Palma. "Que piensen que somos doscientos los trabajadores afectados", decía uno de ellos.

También se manifiesta en las inmediaciones de los juzgados un reducido grupo de activistas de Ibiza contrarios a las prospecciones petroleras que se proyectan en aguas próximas a Baleares.

Cerca de dos centenares de agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado mantienen el orden y velan por la seguridad en las calles próximas al Juzgado, lo que ha acarreado el cierre al tráfico de las calles cercanas.