­­Ricardo Aguilar es director de Investigaciones y Proyectos de Oceana en Europa. No entiende que se estén dando tantas licencias para prospecciones cuando Europa apuesta por las renovables, y tampoco cree que las medidas para minimizar los efectos de los cañones de aire sobre los cetáceos sean efectivas. Si los sondeos se hacen, prevé más varamientos

—La empresa Cairn Energy ha anunciado que empezará los sondeos sísmicos en 3-D en el Golfo de Valencia a finales de año. ¿Ha realizado ya los sondeos en dos dimensiones?

—No, no los ha hecho. Se ha limitado a comprar los resultados de unos sondeos similares que se hicieron en los años setenta y ochenta.

—Explíqueme la diferencia entre los sondeos en 2-D y 3-D.

—Los primeros se hacen para detectar dónde están los lugares más interesantes mientras que los sondeos en tres dimensiones tiene más definición y ya pueden determinar si hay bolsas de petróleo o gas en los fondos marinos así como a qué profundidad se encuentran. Por ejemplo, en Canarias se han detectado a un kilómetro de profundidad. Estos sondeos, mediante cañones de aire, permiten penetrar hasta siete kilómetros en el subsuelo marino.

—¿A qué viene este repentino furor por los prospecciones petrolíferas?

—No sé. Quizá se trate de una carrera por encontrar los últimos yacimientos. Antes, la tecnología solo te permitía buscar crudo a un máximo de doscientos metros de profundidad, la mayoría de los pozos estaban en la plataforma continental situada entre los 150 y 200 metros. Las nuevas tecnologías permiten ahora extraer crudo a mucha mayor profundidad.

—¿Y cuál es la calidad del petróleo que se puede encontrar en el Mediterráneo?

—No se sabe, para eso quieren hacer las prospecciones. Pero será similar al que está extrayendo Repsol en Tarragona.

—Estas prospecciones entrañan peligro pero, ¿no es peligroso también el paso de petroleros por el Mediterráneo?

—Sí. De hecho, el Mediterráneo es el mar más contaminado por hidrocarburos de todo el planeta. Hay un montón de petroleros que entran por el Canal de Suez y que tienen accidentes, realizan vertidos o lavan tanques y sentinas mientras navegan. Además, al contrario que en otros lugares como el Báltico, aquí la vigilancia brilla por su ausencia, por lo que se producen muchos vertidos ilegales. El número de accidentes se ha incrementado hasta los 30 ó 35 cada año. Y estamos hablando solo de los que están registrados. En Tarragona los vertidos de crudo son habituales.

—Cuénteme cómo es todo el proceso hasta la extracción de crudo.

—Tras hacer los sondeos sísmicos en tres dimensiones que detectan la presencia de bolsas de gas o petróleo, comienzan las perforaciones con las que se determina tanto la cantidad como la calidad de los hidrocarburos y si resulta rentable extraerlos. Por ejemplo, a 1.500 metros de profundidad no merecerá la pena embarcarse si no hay mucho crudo y es de muy buena calidad.

—Esta apuesta por los combustibles fósiles, ¿no contraviene la directriz europea de incentivar las energías renovables?

—Claramente. Todos estos proyectos son un contrasentido con el plan europeo de reducir un 40% las emisiones de dióxido de carbono y el consumo de petróleo y carbón así como con la intención de incrementar en un 30% el uso de las renovables.

—¿Quién da los permisos para estas prospecciones?

—El ministerio de Industria y Energía. No obstante, estas licencias las puede echar atrás el de Medio Ambiente si no aprueba el estudio de impacto ambiental presentado por la compañía petrolera. Pero esto, que sí ocurre en otros países, difícilmente pasa en el nuestro. Es muy raro que un Ministerio rechace una licencia autorizada por otro.

—¿No es cierto que el informe de impacto medioambiental presentado por Cairn Energy para el proyecto del Golfo de Valencia es una chapuza? ¿Un ‘corta y pega’ de otros informes?

—Quizá han usado bibliografía no actualizada. Pero esto es habitual, porque estas empresas suelen ocultar mucha información. Y en ocasiones usan estudios de otras zonas del planeta con lo que en ellos aparecen especies que en realidad no existen en el área que pretenden explotar. Y las medidas que dicen que adoptarán para minimizar el impacto de esta contaminación acústica sobre los cetáceos no se las cree nadie.

—¿Por qué?

—Porque han dicho que colocarán observadores en las cubiertas de los barcos para atenuar los cañonazos cuando vean soplos (chorros de los cetáceos). Y aseguran que los podrán detectar cuando estén a un kilómetro de distancia. Pero, ¿cómo los van a detectar de noche, que es cuando se va a hacer entre el 70% y el 80% del trabajo? ¿Y cuándo haya mala mar o sean especies más pequeñas como los calderones o delfines? Yo soy un observador experimentado y no lo veo factible.

—¿Y qué daños les puede provocar estos sondeos sonoros?

—Si están muy cerca, les pueden matar o provocarles daños internos o rotura de tímpanos. También les pueden asustar y provocar que suban muy rápidamente a superficie provocándoles embolias y daños similares a los que sufren los submarinistas que no hacen la descompresión. Sin lugar a dudas, aumentarán los varamientos de cetáceos como ya pasa en muchos lugares del mundo por la contaminación sonora.

—Pongámonos en el peor de los casos. ¿Qué puede pasar si hubiera un accidente en una de estas plataformas petrolíferas?

—Imaginemos que se está extrayendo crudo a 1.500 metros de profundidad y se produce un vertido. A esa profundidad se encuentra uno de los ecosistemas más sensibles que existen, que lógicamente quedaría dañado. Pero el petróleo, más denso, tiende a subir y dañaría por tanto toda la columna de agua donde se encuentran las larvas que sirven de alimento para muchas especies. Y las corrientes moverían el crudo durante su ascensión de tal manera que, cuando aflorara a la superficie, estaría a muchas millas de distancia del accidente extendiendo la contaminación.

—¿Y cuánto tiempo durarían estos efectos?

—El petróleo dura décadas y recuperar los ecosistemas puede llevar más de un siglo. En Galicia siguen descubriéndose vertidos del Prestige y de accidentes de petroleros anteriores. Y en ecosistemas más profundos estaríamos hablando de milenios, de pérdidas definitivas.