La empresa Spectrum Geo Limited ha iniciado los trámites para emprender prospecciones petrolíferas en el mar balear. Ese proyecto de sondeos sísmicos abarca una extensión de 14.000 kilómetros cuadrados, desde la parte norte de la costa catalana (a la que se acercaría a 31 kilómetros) hasta el sur de Balears, una superficie que multiplica casi por seis los 2.420 kilómetros cuadrados del primer proyecto que busca hidrocarburos en aguas de la Pitiüses y que impulsa la empresa Cairn Energy (Capricorn Spain), en ese caso en el golfo de Valencia y a tan sólo 48 kilómetros al noroeste de Eivissa.

De salir adelante, este nuevo proyecto para buscar petróleo afectaría no solo a las Pitiüses sino también a Menorca, que se vería prácticamente rodeada por los sondeos como muestra el gráfico que acompaña esta información, y a toda la costa oriental de Mallorca así como al archipiélago del parque nacional marítimo-terrestre de Cabrera.

"Si ambas campañas salieran adelante, Eivissa estaría rodeada de sondeos y prospecciones en busca de petróleo", recalcó asimismo el president del Consell insular de Eivissa, Vicent Serra, en declaraciones efectuadas a Diario de Ibiza. El Consell recibió oficialmente el pasado 20 de diciembre una petición remitida por el Ministerio de Medio Ambiente en la que se le consultaba, como Administración interesada, si es necesario redactar una evaluación de impacto ambiental sobre ese segundo proyecto de búsqueda de hidrocarburos, denominado Campaña sísmica 2D en áreas libres del Mediterráneo noroccidental-Mar Balear.

El informe del Consell de Eivissa no solo subraya la necesidad de que un proyecto de esas características deba someterse a la evaluación de impacto ambiental, sino que además considera que se debería "desestimar por su elevado grado de insostenibilidad". También solicita al ministerio de Industria, Energía y Turismo "la suspensión automática" de cualquier actuación tendente a realizar prospecciones marinas "como las pretendidas por afectar gravemente a los intereses turísticos y ambientales de Eivissa y de Balears".

La contestación de la institución hace hincapié en que, en todo caso, la evaluación de impacto ambiental debería ser "estratégica", es decir, tendría que ser ampliada al conjunto de los proyectos de prospección sísmica que en estos momentos hay en fase de tramitación en torno a Balears y que se extienden por los golfos de Valencia y de León, el mar balear y la denominada Ampliación de la plataforma Casablanca, frente a las costas tarraconenses. De esa manera, la evaluación contemplaría "los graves impactos acumulativos" de todos esos proyectos "sobre variables ambientales de gran fragilidad" en todo ese ámbito.

Lago Maracaibo

La consellera ibicenca de Medio Ambiente, Josefa Costa, señaló que todos esos proyectos "se solapan, de manera que no se sabe cuáles pueden ser las consecuencias". De hecho, el informe elaborado por la institución insiste en que "habría que considerar que se trata de un plan, y no de varios proyectos independientes y no relacionados" que, visto su alcance, parecen querer convertir estas aguas en una especie de lago Maracaibo (en Venezuela, una de las zonas de mayor riqueza petrolífera del mundo).

Por su parte, Jaume Estarellas, técnico de Medio Ambiente de la institución insular ibicenca, afirmó que este segundo proyecto solo habla de sondeos sísmicos, a diferencia del primero, el de Cairn Energy, que además anunciaba la perforación de media docena de pozos. A su juicio, habida cuenta la contestación social y política que ha suscitado el proyecto de Cairn Energy, Spectrum Geo Limited ha preferido presentar su iniciativa de búsqueda de hidrocarburos paso a paso, para no alarmar. Los pozos llegarán más tarde.

La respuesta dada por el Consell también incide en que la ejecución de proyectos basados en la explotación de hidrocarburos en el medio marino "se considera incompatible con la industria turística por las repercusiones inmediatas que un incidente podría tener en la imagen turística".

La campaña de sondeos sísmicos prevista por Spectrum Geo Limited prevé airguns (cañonazos de aire comprimido para detectar los fondos marinos interesantes, susceptibles de albergar crudo) con los que, según la organización ecologista Oceana, la compañía petrolera prevé rastrear diez millones de hectareas marinas en fondos situados entre 200 y 3.000 metros de profundidad emitiendo sonidos de más de 200 decibelios unas diez mil veces al día a lo largo de unos cinco meses.