­Las quinielas sobre si finalmente la Infanta bajará o no caminando la famosa rampa de los juzgados ya han empezado. Y si de la Policía depende lo hará en coche y no a pie, como han hecho el resto de imputados del caso Nóos, incluido Iñaki Urdangarin, el yerno del Rey. Ayer mismo se empezó a trabajar en el operativo de seguridad que se va a montar el próximo día 8 de febrero ante la presencia de la duquesa de Palma en los juzgados de Vía Alemania.

Para los responsables policiales la seguridad de la Infanta prima por encima de otras circunstancias y se tomarán todas las medidas que sean necesarias para impedir que ella pueda resultar agredida. La Policía cuenta con la experiencia que supuso el operativo que ya se montó en la primera declaración, hace ahora ya casi dos años, del duque de Palma. En esa ocasión los responsables de Seguridad de la Casa Real, en colaboración con los responsables policiales de Palma, establecieron un completo plan, que consistió en estudiar todos y cada uno de los puntos donde se podía poner en peligro la integridad del marido de la Infanta.

La Policía, finalmente, aconsejó que Iñaki Urdangarin no entrara en el edificio judicial caminando, sino que lo hiciera en coche, ya que había diferentes zonas alrededor del edificio desde donde se le podían lanzar objetos. Aunque inicialmente el juez decano de Palma, Francisco Martínez Espinosa, no estaba dispuesto a dispensar un trato de favor al duque, como no había hecho con ninguno de los otros imputados de este caso, finalmente tuvo que aceptar la propuesta de la Policía y autorizó que Urdangarin bajara la rampa en coche. Sin embargo, finalmente el imputado renunció a este privilegio. El duque llegó en coche hasta la propia entrada de los juzgados, en la calle Parellades. Se bajó del vehículo y descendió la rampa caminando, acompañado de su abogado. Hizo lo mismo al día siguiente, cuando continuó su declaración, y el pasado mes de febrero cuando fue citado de nuevo por el juez Castro. En ninguna de las dos comparecencias del duque de Palma se produjeron incidentes destacables y su integridad física no llegó a estar en peligro.

Se da por seguro que el dispositivo de seguridad en la declaración del próximo día 8 será incluso mayor que el que se organizó cuando Urdangarin acudió a los juzgados de Palma. Se prevé un refuerzo de varias unidades policiales que se trasladarán desde la península para proteger a la hija del Rey. El juez Castro se mantiene al margen de todas estas cuestiones y no es él a quien le corresponde decidir si la Infanta atraviesa la rampa del juzgado a pie o lo hace en coche. Su poder de decisión se establece a partir de la puerta de su juzgado y no en el resto del edificio.

En otro orden, la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, afirmó ayer que a su partido le "parece una buena decisión la que ha tomado la defensa de la infanta Cristina" de no recurrir su imputación.