De un tiempo a esta parte el todo va bien, todo va bien, todo va bien se ha convertido en el mantra que corea al unísono el aparato del PP balear. Sin embargo, el malestar latente entre los sectores más regionalistas del partido ha provocado la necesidad de crear un comando especial, cuya misión principal es tener controlada a la part forana. Lo integran el secretario general, Miquel Vidal, el coordinador general ejecutivo y exalcalde de Montuïri, Biel Matas, y el presidente del PP de Mallorca y alcalde de Binissalem, Jeroni Salom. Aunque los tres se baten el cobre, los dos primeros muestran un plus de celo en su trabajo, que se explica porque sus respectivas señoras también están a sueldo del Govern, y así todo queda en casa.

Cada vez que el trío pasa el parte a Antonio Gómez, se escuchan de fondo los ecos del todo va bien. De cara al público, la cúpula también entona el lema cansino, que sería creíble de no ser por las cenas conspirativas de alcaldes molestos, o por el mensaje a cara descubierta este fin de semana del laureado Biel Cañellas.

Si todo va tan bien, ¿por qué una docena de alcaldes ´populares´ ya se han reunido en sa Pobla y al cabo de un mes en Búger para cuestionar cómo gestionan Gómez&cía. el partido, y por los temores de cara a las elecciones de 2015? Si todo va bien, ¿por qué de repente Bauzá lanza guiños a El PI, que hasta hace poco denostaba abiertamente? Y si todo va bien, ¿para qué organiza el presidente del Govern cenas con sus alcaldes afines, excluyendo expresamente a los díscolos?

La ´contracena´ tuvo lugar en Marratxí, hace unos doce días. El anfitrión era el alcalde, Tomeu Oliver, pero aunque puso la cara, no fue quién eligió a los invitados. Entre ellos estaban Vidal, Salom, los alcaldes de Sóller (Carlos Simarro), Calvià (Manu Onieva), Andratx (Llorenç Suau) y Llucmajor (Joan Jaume). La presidenta del Consell, María Salom, no faltó a este fraternal encuentro, en el que "se habló muy poco de política", según un concejal, y "no se habló nada de política", según otra fuente. O sea, una cena de amiguetes con Bauzá para conversar de la vida cotidiana. I la Mare de Déu nom Joana, que diría ahora Cañellas, o su aventajado aprendiz, el conseller Biel Company.

Aparte de Oliver, que ha participado en las anteriores cenas de los críticos, de este colectivo también asistieron Xisco Martorell (nuevo alcalde de Santa Eugènia), y el más importante, Tià Sagreras, alcalde de Campos. El alcalde de sa Pobla, Biel Serra; el de Alaró, Joan Simonet; el de Felanitx, Biel Tauler; el de Pollença, Tomeu Cifre, o el de Maria, Toni Mulet, los más concienciados con la situación que atraviesa el PP más allá de la Vía de Cintura, no fueron invitados a la cena, aunque cuentan que Serra era la excepción, si bien no fue.

Desde luego, la estrategia del todo va bien alguna eficacia debe tener; sin ir más lejos, el alcalde de Llucmajor, que lleva meses rajando, se mostró de lo más integrado con el staff. Ya se sabe que Bauzá impone mucho en la cercanía.

Guerra del aborto

La reforma de la ley del Aborto que impulsa Gallardón no termina de gustar al diputado del PP Antoni Camps, que si bien en Twitter la considera "un paso en la buena dirección", recuerda que él está "en contra del aborto en todos los supuestos", o sea, también cuando se viola a la madre o está en grave peligro su vida o su salud física o psíquica. "Vergüenza me daría decirme liberal y apoyar esta ley", entró en debate la secretaria general del PSOE de Mallorca, Silvia Cano. Y Camps sacó la artillería: "Deje de apoyar el asesinato de seres inocentes", le espetó a la socialista, celebrando que "por fin" el PP empieza "a deshacer vuestra cultura sanguinaria de muerte".. Posturas irreconciliables.