Balears es una de las comunidades con menor proporción de población con estudios universitarios. Los datos han mejorado de forma notable los últimos años, pero el archipiélago sigue de farolillo rojo. Aún así, hay una buena noticia: las islas tienen menos universitarios, pero los que tienen logran un mejor rendimiento que sus colegas del resto del país.

El último volumen del Anuari de l´Educació, fruto de la colaboración entre la Universitat y Fundació Guillem Cifre de Colonya, incluye una radiografía de la evolución del sistema universitario los últimos diez años, atendiendo especialmente a los datos de la UIB pero también mencionando a los centros de estudios superiores a distancia, que están experimentando un crecimiento imparable.

Para los autores, Lluís Ballester y Andrés Nadal, estos diez últimos años de vida de la UIB han sido de "la consolidación", proceso marcado por dos hechos determinantes y contradictorios: por un lado, el cambio total que supuso la llegada del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES o Plan Bolonia) el curso 2008-2009; y, por otro, los recortes presupuestarios acumulados durante tres años (los de consolidación de Bolonia).

¿Cuántos jóvenes isleños de entre 18 y 24 años cursan estudios universitarios? Apenas un 10,5%, el dato más bajo de todo el país y muy por debajo del promedio estatal, que roza el 28%. Madrid, con un 41%, y Castilla y León, con un 35%, tienen los mejores datos. Balears comparte furgón de cola con Castilla-La Mancha, (tiene un 12,6%) y La Rioja (con un 14,4%). Los autores concluyen que en Balears "todavía queda un crecimiento potencial importante" de alumnado universitario para llegar a los mínimos "razonables" para una comunidad "supuestamente rica". ¿Por qué este dato entonces? Ballester y Nadal señalan que uno de los factores es el tipo del mercado de trabajo, pero que hay otras causas a estudiar.

Otros factores

En el propio Anuari, en otros artículo, se señalan otras posibles causas del del bajo nivel formativo de nuestras islas, empezando por la tasa de abandono escolar (difícil que llegue a la universidad ese 30,7% de población que deja los estudios antes de tiempo) y siguiendo por el valor que da la sociedad isleña a la educación. En ese sentido Martí March, director del Anuari, valoró que el presente periodo académico al menos ha servido para que la educación se convierta en una preocupación de primer orden.

En la UIB los autores constatan un aumento del total de alumnos, aunque un descenso en las nuevas matrículas. Del periodo 2003-2004 la UIB ha incrementado su número global de estudiantes un 15%, llegando a los 13.577 el curso 2012-13. Sin embargo en este mismo periodo ha disminuido un 4,28% el número de alumnos de nuevo ingreso, algo que Ballester y Nadal achacan "al incremento del precio de las matrículas".

Los que se matriculan, ¿qué estudian? Ha habido cambios. Ahora triunfan las Ciencias de la Educación, que representa casi una cuarta parte del alumnado de nuevo ingreso (un 4% más que hace diez años). Les siguen, con un crecimiento moderado, las Ciencias Experimentales. Las Ciencias Sociales y Jurídicas han perdido un 5% de estudiantes, aunque continúa siendo el área de mayores dimensiones de la UIB. Respecto a los másteres, y debido a los cambios en la oferta, es difícil hacer comparativas por años, aunque sí hay un dato que se puede comparar: el porcentaje de alumnado extranjero, cuyo aumento suele ser una obsesión típica de los equipos rectorales. Malas noticias: en 2010, casi un 14% de los alumnos de máster y doctorado eran de otro país; en 2013 la cifra ha caído hasta el 3,5%.

En Balears hay menos estudiantes universitarios, pero desde la llegada del Plan Bolonia estos obtienen mejores resultados que sus colegas del resto del país. El rendimiento medio (la proporción de créditos aprobados respecto de los matriculados) es del 73% mientras que la media estatal es del 69% mientras que la tasa de éxito (proporción de créditos aprobados del total al que se han presentado) es del 84%, un punto por encima del promedio nacional.

Respecto al profesorado, en los últimos diez años se ha doblado la plantilla, pero llama la atención que desde el 2007 hasta el curso pasado apenas se ha incrementado en cinco profesores (de 1.150 a 1.155), coincidiendo con la aplicación del Plan Bolonia, que en la teoría debería suponer clases más reducidas y una atención más individualizada y, por tanto, más profesores.

Al no haber sido así, la conclusión lógica es un aumento de la carga de trabajo de los profesores: cada uno asume de media 340,56 horas, un 4,5% más que en 2003.

Según los autores, uno de los problemas de la plantilla de la UIB es el excesivo peso de los asociados (un 35% del personal docente e investigador), que si bien son necesarios dada su conexión con el mercado de trabajo, representan un porcentaje excesivo y perjudican así a la estabilidad del profesorado de la UIB. Casi seis de cada diez de ellos tienen contratos de tres horas o menos.

Presupuesto

Para 2014 la UIB ha logrado mantener el presupuesto fijo (además de ir reduciendo la deuda acumulada), pero venía de tres años seguidos de recortes. En 2013 se aprobó un presupuesto de 85,314 millones: un 27% más que en 2003, pero 17 millones menos que en 2011. El grueso de los ingresos se lo lleva personal (un 65,5%), inversiones reales y gastos corrientes. En cuatro años, la UIB ha recortado sus gastos en este último concepto casi un 3%.

Aunque Balears es una de las nueve comunidades con solo una universidad, no debe olvidarse que existen otras opciones para cursar estudios superiores. Ballester y Nadal recuerdan el sostenido crecimiento de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de la UNED: La primera ha triplicado por tres sus alumnos al llegar a los 2.100 en 2011-2012 y la UNED tampoco para de crecer año tras año y el curso pasado superó los 3.694 estudiantes.