El ir y venir del despacho de abogados de guardias civiles con el rostro cubierto con pasamontañas no pasó inadvertido a los cientos de transeúntes que acertaron a pasar ayer por la plaza Alexander Jaume de Palma. En el primer piso del número dos, una decena de agentes registraba un bufete de abogados por su presunta relación con el blanqueo de dinero de una de las principales mafias rusas.

Sobre las diez de la mañana, cinco vehículos camuflados y un coche patrulla de la Guardia Civil estacionaron frente al despacho de abogados de la céntrica plaza palmesana. Con la orden judicial de entrada y registro en su poder, los agentes pulsaron el telefonillo para que les franquearan el paso.

La vocación internacional del bufete quedaba patente en el mismo telefonillo. El nombre de "abogados" quedaba reflejado tanto en castellano, como en ruso, alemán e inglés.

"¿Han matado a alguien?", preguntaba un azorado hombre sentado en una terraza situada justo enfrente de la puerta del despacho de abogados. La respuesta negativa amainó su inquietud, aunque no aplacó por completo su curiosidad.

Mientras Avenidas y Vía Sindicato eran un hervidero de compras prenavideñas, la totalidad de los transeúntes era totalmente ajena de que a escasos metros se estaba atacando a la línea de flotación del aparato de blanqueo de dinero de la mafia moscovita en Mallorca.

La expectación por lo que ocurría en el despacho de abogados situado en el primer piso fue aumentando gradualmente entre los peatones. Hasta el punto de que muchos no tardaron en arremolinarse en torno al portal del bufete.

Los investigadores del Instituto Armado, por su parte, trataron de aislar el despacho de miradas indiscretas. Al advertir la presencia de fotógrafos y cámaras de televisión enfocando desde la calle, un agente tuvo la ocurrencia de cerrar a cal y canto la ventana. Poco tiempo después tuvo que desistir de su exceso de celo, tras comprobar que no había luz suficiente para proseguir el registro con las suficientes garantías.

Los investigadores de la Guardia Civil trataban ayer de desentrañar el entramado financiero urdido presuntamente por Alexander Romanov, el supuesto capo de la mafia rusa Taganskaya. De acuerdo con las pesquisas practicadas hasta el momento, el bufete Sastre & Asociados había adquirido un papel preponderante en el blanqueo de dinero de estas turbias operaciones.

Acopio de documentación

De hecho, los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil tuvieron que hacer ayer innumerables viajes de ida y vuelta a los coches para hacer acopio de cajas para guardar la abundante documentación que podría resultar incriminatoria. Asimismo, intervinieron los discos duros de los ordenadores para acreditar los supuestos vínculos entre la actividad financiera, mercantil e inmobiliaria de Romanov con actividades criminales.

El registro en el bufete de abogados situado en el primer piso del número dos de la plaza Alexander Jaume se prolongó durante varias horas. Los investigadores del Instituto Armado tuvieron que invertir buena parte del tiempo en abrir cajas de caudales y buscar posibles escondrijos secretos donde se ocultara documentación altamente comprometedora. El operativo se completó con la entrada en la lujosa residencia que el letrado posee en el camí Can Domenge, situada frente al Palacio de Marivent.