La Audiencia juzga a partir del lunes la pieza de Mapau que se produjo en la conselleria de Josep Juan Cardona -encarcelado con una pena de 16 años por corrupción- dentro de un Govern de Matas -pendiente de decisión sobre su encarcelamiento, con dos condenas penales por corrupción a sus espaldas-. Ni el president ni Rosa Estarás fueron imputados gracias a un excelente trabajo judicial de Antoni Terrasa, que sigue al frente del Tribunal Superior y amplió la sala para obtener una votación favorable a su tesis con un durísimo voto en contra. La encomiable instrucción de Antonio Monserrat le valió un puesto en el Consejo General del Poder Judicial, el mayor momio estatal con la posible excepción del Tribunal de Cuentas y la Federación Española de Fútbol.

Una vez aclarado el valor de los archivos, el juicio en ciernes es sustancial porque aprecia la pistola humeante que condujo a una campaña de captación de votos de inmigrantes argentinos para el PP, con fondos pagados por el Govern. Nunca olvidaré el día en que tuve ante mí los documentos según los cuales dos experimentados funcionarios y una directora general del PP entrevistaban en Palma para un puesto a la aspirante digitada por sus superiores, mientras la susodicha se hallaba en un hotel de Buenos Aires sufragado con fondos públicos. Como dijo por entonces el talentoso José María Rodríguez, "tal vez se hizo la prueba por teléfono". En cuanto a los hechos, dos de los miembros del tribunal ya confirmaron a este diario que la entrevista nunca se celebró. En labios de uno de ellos, "tienes que comprender, a veces te piden cosas".