El único sumario donde el expresident del Govern y exministro de Medio Ambiente Jaume Matas está encausado es el Palma Arena, pero su división en 27 piezas separadas complica la situación procesal del expolítico. El veredicto de culpabilidad dictado ayer, que se traducirá en una condena por cohecho, debilita a Matas, cuyo ingreso en prisión tiene que ser decidido en breve por la Audiencia Provincial. Por el contrario, el fallo refuerza las tesis del juez instructor José Castro y del fiscal anticorrupción Pedro Horrach, empeñados desde 2008 en descubrir los delitos del antiguo presidente del PP.

Matas ya ha sido condenado en dos piezas del Palma Arena: la de los discursos del periodista Antonio Alemany (con sentencia firme por un delito de tráfico de influencias) y la de la dádiva de 42.000 euros pagada por el hotelero Miguel Ramis, en forma de salario a su esposa Maite Areal (esta susceptible de recurso ante el Tribunal Superior de Justicia y ante el Tribunal Supremo).

La sección primera deberá confirmar, o anular, una orden de ingreso en prisión de Jaume Matas para cumplir la condena de 9 meses de cárcel por tráfico de influencias en favor de Antonio Alemany. Si el tribunal confirma la no suspensión de esa pena de 9 meses, Matas solo podrá eludir la entrada en el centro penitenciario pidiendo el indulto al Gobierno del PP.

Juicio de Nóos

Pero Matas tiene otras acusaciones pendientes, que seguramente desembocarán en juicios.

La pieza cuya instrucción está más avanzada es la del caso Nóos, donde el expresident está acusado de dar un trato de favor a Iñaki Urdangarin y concederle casi 2,5 millones de euros públicos en contratos del Govern para organizar unos foros en Palma y poner en marcha el equipo ciclista Illes Balears, al que el Ejecutivo autonómico subvencionó con millones de euros.

La segunda causa que está más avanzada es la de Over, otra agencia de publicidad que habría favorecido al PP de las islas cobrándole en negro o regalándole servicios, a cambio de suculentos contratos con administraciones públicas.

Otra pieza muy adelantada, pero que se paró después de su puesta en marcha, es la conocida como la Ópera de Matas, un palacio de las artes escénicas que el expresident quería levantar en el Moll Vell de Palma, al tiempo que soterraba el Paseo Marítimo y llevaba el mar otra vez a los pies de las murallas.

Aquí también aparece encausado el arquitecto e ingeniero Santiago Calatrava, autor del proyecto de Ópera, que fue presentado en plena campaña electoral del 2007.

La pieza principal

Jaume Matas aparece imputado en la pieza principal del Palma Arena: la que versa sobre el desfase entre el coste proyectado de construcción del velódromo (unos 44 millones de euros) y el gasto real (unos 110 millones de euros).

El condenado se ha jactado de que la primera sentencia contra él no le ha atribuido el desviar o apoderarse de fondos públicos. No obstante, en el Palma Arena existe una pieza sobre su enriquecimiento injustificado, de los que serían emblemas el palacete y su supuesta mansión de Madrid.