En una de las galas más emocionantes de los últimos años, Fomento del Turismo entregó ayer unos galardones que sirvieron para recordar a quien encarnaba la mejor versión del sector que mueve Mallorca: la expresidenta hotelera, Marilén Pol, que recibió la Medalla de Oro a título póstumo. Se encargó de recogerla su marido y actual presidente hotelero, que se emocionó ante los empresarios, políticos y representantes sociales que abarrotaron una sala del CaixaForum rendida a las palabras de Aurelio Vázquez. El líder hotelero daba en el clavo tras ver un vídeo homenaje que conmovió incluso a los más templados: "Todos admiramos y queremos a Marilén en sus distintas facetas". Luego rompió a llorar y el estruendo del aplauso confirmó que sí, que todos admiraban a una mujer que durante años entregó lo mejor de sí "a mejorar la sociedad que le tocó vivir".

Lo subrayaba el presidente de Fomento del Turismo, Eduardo Gamero, consciente de que son las emociones las que más unen a un sector cuyas ramas suelen batirse en cada frente. También contra eso luchó Pol, "nuestra amiga, siempre nuestra amiga". Gamero también daba en el clavo, claro, y aferrado a las emociones continuó para entregar otra Medalla de Oro a Juan Miguel Caldentey, directivo hotelero con tanta trayectoria como dedicación a un Fomento del Turismo al que ayer prometió agradecer siempre el homenaje, al tiempo que se acordaba de su grupo de casi siempre, Meliá , el "que me permitió dedicar tantas horas a las juntas de Fomento".

En ellas se tiene presente desde hace años a otro símbolo de la isla ayer premiado: el Ferrocarril de Sóller, emblema de una Mallorca a la que ha servido durante 100 años. Se emocionaba por ello su presidente, Óscar Mayol, que estaba la gala predispuesta al aplauso. Y más a quien lo merece, como otro de los ganadores de la mención especial, Mosén Bartolomé Veny, que con sus más de cien conciertos de órgano en la catedral y sus 500 actuaciones por toda Europa pone a Mallorca en el mapa de la cultura. Mención también para Mallorca Bulletin, y el más alto honor para otro de los ganadores de la Medalla de Oro, Guido Westerwelle, ministro de Exteriores con Merkel y uno de los alemanes que más ama y defiende Mallorca. En su figura Fomento quiso premiar "a todos los alemanes que nos visitan cada año o residen en la isla". A ellos y a millones de turistas se dirigía el presidente del Fomento, que aprovechaba para pedirle al president Bauzá, allí presente, que contribuya a combatir una estacionalidad cada más acentuada con bonificaciones a quien abra en invierno y descuentos en tasas aéreas. Bauzá le respondió hablando de su Ley Turística ante un auditorio que, aún así, se fue con el buen recuerdo de Marilén Pol. La líder hotelera se asomó por última vez a Mallorca desde la voz grabada del vídeo para agradecer el apoyo a un sector que ayer solo podía darle gracias a ella.