"Las principales inquietudes que muestran nuestros pacientes son cuánto tiempo van a necesitar para recuperarse del ictus, qué es lo que pueden comer y si el infarto cerebral se les va a repetir", explica la neuróloga María José Torres, especialista de la unidad de ictus de Son Espases que, junto a otros profesionales sanitarios, se dedica todos los martes a impartir unas charlas a los pacientes ingresados con esta patología en las que se intenta resolver todas sus dudas.

En estas charlas, además de un neurólogo, participan un enfermero especializado, un fisioterapeuta, un terapeuta ocupacional, una trabajadora social, un psiquiatra y un nutricionista, todos ellos versados en abordar esta patología y la problemática que conlleva e impide al paciente recuperar su día a día.

"Y nosotros les recalcamos que es muy importante que dejen de fumar, si lo hacen, así como que cambien radicalmente de estilo de vida para evitar nuevos riesgos", explica la doctora, que añade que el tratamiento farmacológico con el que sale de alta un paciente que ha sufrido un ictus consiste en, básicamente, antiagregantes y anticoagulantes, medicinas que evitan la formación de trombos en las arterias que permitan reproducir estos episodios.

Código ictus

La doctora Torres aclara que hay dos tipos de ictus, el isquémico y el hemorrágico. En el primero se produce la obstrucción de una arteria que llega al cerebro evitando la fluidez del riego sanguíneo a la zona. En el segundo se produce una hemorragia por la rotura de la arteria y, en ambos casos, si no se actúa con celeridad, se produce una muerte irreparable de la zona del cerebro que se ha visto afectada por la disfunción arterial. Para intervenir con mayor rapidez, se activa el denominado código ictus.

La neuróloga explica que con este protocolo, activado desde que el paciente que ha sufrido el derrame cerebral es recogido por una ambulancia del 061, "en menos de treinta minutos desde su llegada al hospital al enfermo se le debe haber hecho un TAC, una analítica y un electrocardiograma antes de subirle a la unidad especializada para tratar estas patologías".

Ayer, sin ir más lejos, se activó este código de emergencia para dos pacientes, uno de Muro y otro de Palma, revela la doctora para subrayar que se trata de una práctica asistencial ya bastante extendida en el Servei de Salut.

La pregunta que suscita toda esta premura es si se puede recuperar la parte del cerebro afectada por el infarto. Y la neuróloga responde que sí, que si se actúa poco tiempo después de la disfunción arterial se puede reabrir la arteria con un catéter o con un tratamiento endovenoso lo que, utilizando sus propias palabras, "nos podría deparar que en doce o veinticuatro horas tuviéramos un paciente asintomático, sin daño cerebral alguno".

Por eso esta profesional insiste en la necesidad de acudir con rapidez a urgencias ante el más mínimo indicio de haber sufrido un derrame cerebral. Los síntomas más frecuentes en estos accidentes cerebrovasculares, ilustra la doctora Torres, son la pérdida de fuerza o la aparición de calambres en cara, brazos y piernas, ceguera en un ojo, dificultad para hablar y comprender y un dolor de cabeza que sobreviene de una manera brusca y muy intensa. "Entonces es vital llegar lo más rápidamente posible a los servicios médicos de urgencia. Cuanto antes se llegue, más cerebro vamos a salvar", recalca.

Sobre las charlas que cada martes se imparten en el hospital de referencia tanto a pacientes como a familiares de éstos, la doctora Torres abunda que tanto el fisioterapeuta como la terapeuta ocupacional se encargan de tratar las secuelas físicas que le queda a un paciente de estas características para que pueda ir recuperando las funciones motoras de las que antes disfrutaba y, si esto no fuera posible del todo, enseñarle a convivir con estas deficiencias de la manera menos traumática posible.

El psiquiatra y la trabajadora social abordan también estos asuntos, además de ocuparse de los problemas de dependencia y asuntos más materiales como por ejemplo cómo gestionar las bajas laborales sobrevenidas por esta causa. Y, por último, el nutricionista explica cuál debe ser el criterio alimenticio tras haber sufrido un infarto cerebral.

La Sociedad Española de Neurología recomienda llevar una dieta rica y saludable baja en sal y en grasas, realizar ejercicio físico moderado y controlar el peso, la presión arterial, el nivel de colesterol y el del azúcar en sangre. El tabaco también es responsable de estas enfermedades cerebrovasculares, por lo que se recomienda abandonar este hábito así como consumir alcohol de manera moderada.