Los gatos no son bien recibidos en Son Espases, no en vano se trata del hospital de referencia de las islas y un centro sanitario en el que la felina presencia podría provocar algún perjuicio grave a alguno de los pacientes allí ingresados. No obstante, la Plataforma Balear para la Defensa de los Animales (BALDEA) ha denunciado que el Servei de Salut quiere eliminar una colonia felina de ocho animales del recinto hospitalario recurriendo a la empresa de exterminación de plagas WILL KILL.

Desde Son Espases quisieron dejar bien claro que ellos no eliminan a nadie pero admitieron que sí, que han puesto en conocimiento de la empresa concesionaria que en el recinto hospitalario hay instalada una colonia de gatos que convendría erradicar por cuestiones estrictamente higiénicas y sanitarias. "Pero nosotros no eliminamos a nadie y la empresa que retira los felinos los lleva a un centro sanitario de protección animal", recalcaron.

Para Nieves Martín, responsable de comunicación de la asociación defensora de los animales, la historia es otra. Según su versión, Beatriz Collazo, responsable de Limpieza y Alimentación del IB-Salut, se ha mostrado impermeable a las posibles soluciones ofrecidas por BALDEA para solventar el problema gatuno.

"Se nota que es una persona que no siente ningún cariño por los animales porque se ha negado taxativamente a escuchar nuestras soluciones a la presencia de gatos en Son Espases y se ha limitado a recalcarnos en varias ocasiones que no quiere gatos en el hospital", lamentó Nieves Martín.

La propuesta de la asociación defensora de los animales pasa por esterilizar a toda esta colonia de gatos que se ha asentado en el recinto hospitalario con un doble objetivo: evitar su más que probable eliminación física y conseguir de paso tener un grupo estable en el hospital que impida que otros felinos intenten asentarse en el recinto sanitario.

"La empresa WILL KILL los captura y los lleva a Son Reus donde, si al cabo de 21 días no son reclamados por nadie o alguna persona se decide a apadrinarlos, son eliminados e incinerados", explicó la mecánica de estos casos la portavoz de BALDEA.

"Nosotros nos encargaríamos de esterilizarlos. Desplazaríamos hasta el hospital nuestra unidad móvil para el control de la natalidad de las colonias felinas y les intervendríamos. Y antes les haríamos un test para descartar alguna enfermedad que fuera incompatible con su presencia en el hospital", desarrolló su solución Nieves Martín, que añadió que en estos momentos ya hay una serie de trabajadores del hospital que se están encargando de los animales, alimentándoles en zonas adecuadamente alejadas del recinto hospitalario en el que se atiende a enfermos. "Les ponen pienso en tolvas, nunca comida que les motivara a buscar más en la cafetería o en el interior de las cocinas", añadió la portavoz.

Para Martín, estos ocho gatos sanos y controlados servirían también para controlar las plagas de ratones de campo y de cucarachas que pululan por el recinto hospitalario, además de evitar que entren otros felinos en Son Espases. "Se trata de un clan familiar y son una especie muy territorial que no permitirá que vengan más individuos ajenos a su círculo", destacó.

BALDEA es una asociación sin ánimo de lucro que trabaja con veterinarios voluntarios y, por tanto, al IB-Salut no le exigiría por la esterilización de los animales nada más que el coste del material empleado para realizarla, que Martín estimó en unos veinte euros por ejemplar macho que se incrementaría hasta los treinta por cada hembra operada. "Toda esta intervención no tendría un coste superior a los 240 euros en el peor de los casos mientras que si se decide llevar a estos animales a Son Reus, al término de los 21 días legales en que hay que tenerlos antes de sacrificarlos, la Administración se habrá gastado unos 150 euros por cada gato solo para alimentarle. Nuestra solución no solo es más económica sino que se trata además de una gestión más ética de un problema animal", concluyó la portavoz de BALDEA.

La directora técnica de la empresa exterminadora de plagas WILL KILL (Te mataré, en castellano), Carmen Picornell, quiso dejar bien claro que "no matamos a ningún gato sino que los capturamos con unas jaulas que contienen algún incentivo alimenticio y luego se gestiona el animal a Son Reus. Otras veces, los animales se dan en adopción a algún particular o se llevan a Natura Park".

Sobre la actual colonia de felinos de Son Espases, la responsable de WILL KILL admitió que todavía están estudiando con la concesionaria cómo actuar ya que, adujo, "el recinto hospitalario es muy amplio y hay zonas en las que la presencia de gatos no resulta perjudicial. Quizá pueda ser viable esterilizarlos y mantener la colonia en el recinto", concedió.

Picornell señaló no obstante que lo prioritario es erradicar cualquier riesgo sanitario por la presencia de estos animales. "Ya hemos vivido situaciones de este tipo antes en las que los gatos se han colado en lugares críticos. No hay que olvidar que se trata de animales que andan descalzos y suelen dejar pelos a su paso además de pulgas y excrementos, explicó Picornell, para quien todo pasa por realizar una adecuada "gestión de riesgos". Desde luego, matizó, desde la apertura de Son Espases en una zona rural de los alrededores de Palma, su empresa ya ha llevado a cabo en otras ocasiones "acciones de control de gatos" en este hospital.