El cierre de la Radio y Televisión Valenciana (Canal 9) ha disparado todas las alarmas sobre las televisiones autonómicas. Unos entes públicos que desde hace años tienen una viabilidad muy cuestionada por el elevado coste que suponen para las arcas públicas. Los número de la Radio y Televisión de Balears (IB3) son el fiel reflejo de la encrucijada en que se encuentran los medios audiovisuales autonómicos en España. IB3 ha costado a los habitantes de Balears más de 650 millones de euros desde su creación a mediados de 2005.

Esta astronómica cifra supone el 50% del coste del hospital de Son Espases y multiplica por seis el presupuesto del Palacio de Congresos. No obstante, no se puede olvidar su función de "servicio público o elemento integrador de la sociedad y la cultura local" de las cadenas regionales, explican desde la Federación de Operadores de Televisiones Autonómicas (FORTA).

Los gestores de IB3 en los últimos años han conseguido recortar en más de 80 millones anuales el coste del ente público, con el objetivo de frenar la sangría económica de dinero. Pese a ello, y según datos de 2012, la televisión autonómica sigue siendo de las más caras de España si dividimos su presupuesto final por el número de habitantes de las islas. IB3 costó el pasado año, último ejercicio con la liquidación cerrada del presupuesto del Govern, 43,7 millones de euros, lo que supone que cada balear destinó 39,7 euros al año a sufragar la radio y la televisión autonómica. Esta cifra solo es superada por la televisión vasca, que tiene un coste de 47,9 euros por habitante. La catalana TV3 o Canal Sur de Andalucía tienen un gasto por residente de 29,7 y 14,1 euros respectivamente, ya que son dos de las comunidades mas pobladas de España, circunstancia que amortigua su elevado coste. Hay que tener en cuenta que estas dos televisiones son las que cuentan con un mayor presupuesto de todos los entes audiovisuales autonómicos.

En comunidades de población similar a Balears, como es el caso de Asturias, Extremadura o Aragón, el coste de su cadena de radio y televisión por persona es bastante más bajo que en las islas. La televisión asturiana supone un importe por habitante de 18,2 euros anuales; la extremeña 22,4, y la aragonesa 30 euros.

José Manuel Ruiz, actual director general de IB3, se ha propuesto equiparar el coste por habitante de IB3 a los entes de comunidades con una población parecida a Balears. Ruiz aseguró que en 2014 IB3 costará a cada isleño 27 euros y esta contención presupuestaria permitirá "garantizar" la continuidad de la radio y la televisión autonómica.

Sin embargo, en 2012 IB3 continuó teniendo desfase presupuestario. A final de año el Govern se vio obligado a realizar una maniobra financiera para inyectar 13 millones de euros para que IB3 pudiera cerrar el año y pagar sus compromisos. Tal y como publicó este periódico el pasado mes de enero, el Ejecutivo de José Ramón Bauzá tuvo que desviar dinero de las becas y de la sanidad para pagar el agujero de IB3. Ruiz, esta misma semana en el Parlament, aseveró que esto no volverá a ocurrir y el presupuesto real del ente público para 2014 será de 32,1 millones de euros.

Espectacular deuda acumulada

El principal problema de IB3 es la espectacular deuda que acumuló en los primeros cuatro años de funcionamiento. La puesta en marcha durante la época de la presidencia de Jaume Matas sentó las bases del enorme déficit del ente audiovisual de Balears. El pasivo aumentaba cada año y en pocos ejercicios se generó una deuda de unos 120 millones de euros. Un ejemplo es el presupuesto inicial del año 2007, que ascendía a 57 millones y el coste real al final del ejercicio rondó los 120 millones. En aquel ejercicio, IB3 le supuso a cada habitante de Balears un desembolso de 109 euros.

2008 fue el año del primer presupuesto que realizó el Pacto de Progreso en la cadena, con Unió Mallorquina controlando el ente. El gasto final del ente en ese ejercicio ascendió a 67,8 millones de euros, unos 20 millones de los inicialmente fijados. El coste por habitante en 2008 se situó en 61,8 euros. En esa temporada la televisión autonómica puso en marcha retransmisiones de alto presupuesto, como la Fórmula 1, y al mismo tiempo heredó la emisión del fútbol de primera división y se empezó a retransmitir la Copa de Europa.

No faltaron las críticas a esta política de grandes emisiones deportivas. En primer lugar, por su elevado coste. Y, en segundo lugar, porque los mismos acontecimientos deportivos se podían ver por cadenas de ámbito estatal a la misma hora que IB3 ofrecía esas retransmisiones a su audiencia.

Plan de viabilidad

En 2009, con la crisis ya golpeando duramente al ciudadano y a las instituciones, el Govern se dio cuenta de que debía parar la sangría económica que suponía IB3 para las arcas públicas. De un presupuesto inicial de 39,6 millones de euros se pasó a la astronómica cifra de 246 millones. En septiembre de ese ejercicio, el Govern Antich aprobó varias inyecciones de capital público en IB3 para empezar a enjugar la deuda acumulada desde la puesta en marcha de la televisión autonómica en 2005. En esa época gestionaba el ente público Antoni Martorell y el conseller de Economía era Carles Manera. El coste por habitante de la televisión pública, a raíz de la operación financiera del Ejecutivo, se disparó hasta los 223 euros. El pasivo que arrastraba IB3 en aquella época se llegó a cifrar en unos 120 millones de euros.

El Govern puso como condición para dar 194 millones de euros a IB3 que el presupuesto no se desviara más de un 3%. Esta cláusula también la incluyó en la Ley del Sector Audiovisual. Curiosamente, cuando el PP llegó al poder la eliminó de la norma que rige el funcionamiento del ente público.

En 2010 ocurrió prácticamente lo mismo que en un año antes: presupuesto inicial de 61,6 millones, liquidación final de 93 y un coste por habitante de 84,5 euros. Ese año se continuó con el intento de sufragar la enorme deuda por parte del Govern y asumió la dirección del ente Pedro Terrasa, que había sido uno de los impulsores del plan de viabilidad como la mano derecha de Martorell.

Después de las elecciones de 2011, el PP entró en IB3 con las tijeras afiladas. Según José Manuel Ruiz se encontraron una deuda de 81 millones de euros que confían en terminar de pagar en 2014. No obstante, en 2012 el Govern tuvo que ir al rescate del ente público inyectando los 14 millones a pocas semanas de cerrar el año. Ahora falta conocer cuál será el coste real de IB3 en 2013. Lo sabremos cuando se realice la liquidación de los presupuestos del Govern a mediados del año próximo.

Todas estas multimillonarias cifras de dinero público se han venido aportando a las televisiones autonómicas en tiempos de bonanza económica. En el momento en que se desata la crisis y se hace preciso destinar el dinero de las administraciones a las necesidades básicas, como la sanidad o la educación, es cuando se cuestiona el dispendio realizado en los últimos años por las televisiones autonómicas. Hay que tener en cuenta que más del 95% del presupuesto de las cadenas autonómicas procede de los fondos de los gobiernos regionales.

Audiencia de un 5,8%

El gran debate que se ha generado a raíz del apagón de Canal 9 estriba en si se deben seguir manteniendo con dinero público unas televisiones que tienen una audiencia entre el 3,8% de cuota de pantalla de la cadena valenciana al 13,6% de TV3 de Cataluña. Unas cifras que en el caso de las televisiones de comunidades con poca población residente no son muy elevadas.

IB3 está en la zona media de la tabla de audiencias de las cadenas regionales. Según datos de la FORTA, la cadena pública de Balears cuenta con un 5,8% de cuota de pantalla. Está lejos de la televisión gallega (11,2%), la andaluza (10,4%), la vasca (9,1%), la aragonesa (13,5%), la canaria (7,3%) o la extremeña (6,4%). Sin embargo, IB3 supera con creces a Madrid (3,9%), Castilla la Mancha (4,1%) y Asturias (4,6%), además de Canal 9 que es la televisión autonómica con menos audiencia.

Desde la FORTA, entidad que ahora preside el director general de IB3, José Manuel Ruiz, elaboraron un estudio el pasado año donde hablaban de la importancia de las radios y televisiones autonómicas. El informe del organismo asegura: "Las televisiones autonómicas nacen y empiezan a emitir con el objetivo de difundir y promover la cultura, las tradiciones, la lengua propia y la realidad social e institucional de la comunidad, ofreciendo un servicio público de proximidad. Junto con ello, las cadenas regionales asumen un papel fundamental como motores de la industria audiovisual de la autonomía y de la innovación audiovisual en el conjunto del país".

El Gobierno central modificó la legislación audiovisual el pasado año con el objetivo de abrir la puerta a la privatización de las televisiones autonómicas. La norma del Ejecutivo de Rajoy prohíbe tajantemente el endeudamiento.

IB3 cuenta con la mayor parte de su personal externalizado en empresas concesionarias. Este hecho, explican desde el ente, les garantiza una mayor flexibilidad económica frente a otros canales. TV3, Canal 9 o Telemadrid, por ejemplo, tienen el personal de informativos como trabajadores propios.