Los inspectores, siempre discretos, juegan un papel delicado en todo este conflicto. Lo llevan jugando desde el principio, cuando tuvieron que revisar y corregir los proyectos lingüísticos que envíaban los centros basados en el ahora inexistente artículo 20. Y la presión que cae sobre ellos no disminuirá ahora si los centros deciden, tras escuchar a sus consejos escolares, volver a sus proyectos lingüísticos anteriores. ¿Y es que, quién deberá comprobar si se aplica el TIL o no? Los inspectores. Tendrán trabajo. De momento, salen a más de 50 centros por cabeza. La conselleria pensaba incorporar a diez inspectores más tras el concurso convocado este verano; proceso que Guillem Estarellas vio peligrar el jueves pasado al conocer la intención de renunciar del jefe de Inspección Educativa, quien ejerce de presidente del tribunal de evaluación en el concurso. El diseño del mismo fue criticado por el Consell Consultiu al considerar que primaban criterios subjetivos. Educación modificó algunos aspectos, pero no el fundamental y finalmente Estarellas eligió personalmente a los miembros del tribunal que elegirán a los candidatos. Una elección a dedo encubierta. Así, la cúpula de Educación pretende lograr algo de control sobre un sector que se siente totalmente ignorado por la Conselleria.

El mundo paralelo de la concertada

Camps aseguró que 75 niños se habían pasado a la red concertada (donde normalmente es difícil lograr plaza) como exiliados huyendo de la huelga. En esta red, con excepción de algunos centros donde ha tenido notable incidencia gracias a la Assemblea de Professors Desconcertats, la protesta no ha tenido tanta incidencia. En parte, la causa es que Escola Católica ha permitido que los centros hicieran su proyecto que consideraran acogiéndose al ya derogado artículo 20 al entender que están jurídicamente blindados. Estarellas negó esta posibilidad ante los medios, pero lo cierto es que estos centros han seguido esta vía sin obstáculos.

Directores sin sustitutos tras 16 días de curso

Otros que quedan en una difícil situación si los consejos escolares acuerdan no aplicar el TIL (como ya decidieron en el CEIP Bartomeu Ordines de Alaró o en el Jaume Vidal de Manacor antes del inicio de curso) son los directores, ya que si Educación impone una sanción serán ellos los que se la comerán (la idea que la Conselleria sancione a los padres, profesores y alumnos que forman parte del consejo escolar suena marciana). El caso de los tres directores de Menorca hace las veces ahora de temible hombre del saco. En el caso de que llegue el momento de las destituciones cabe preguntarse si Joana Maria Camps será un poco más rápida a la hora de buscar sustitutos que con los directores mallorquines que han dimitido para expresar su desacuerdo con el modo de actuar de la Administración y siguen sin reemplazo. El 7 de septiembre se publicó que se aceptaba la dimisión de los directores del CEIP Sant Jordi de Palma, del Baltasar Porcel de Andratx y del Berenguer d´Anoia de Inca, pero hoy, tras 16 días de curso escolar, el BOIB aún no ha publicado quién ocupara sus despachos. Tampoco sabe nada todavía el director del Ramon Llull, que presentó su renuncia hace algo más de una semana. Se entiende que con la huelga la Conselleria ha estado ocupada. Además al sentar en sus mesas de negociación hasta el bedel su actividad ha quedado paralizada (sigue siendo inexplicable el porqué de la presencia de cargos como la directora del servicio de empleo, por poner un ejemplo, en las reuniones con los comités de huelga: esperamos que no se cobre un extra ´por hacer bulto´).

El despropósito con la enseñanza de idiomas

Ante la insistencia del Govern con el aprendizaje del inglés cuesta creer despropósitos como el retraso del inicio de curso en las escuelas oficiales de idiomas por falta de profesorado, tras haber aumentado las plazas en un 600% (una decisión cara e inaudita tras un año en el que los institutos han vuelto a tener problemas para pagar la calefacción y cuando la Conselleria no tiene dinero ni para imprimir los títulos). Aumentar plazas pero no los recursos es como aplicar el TIL sin consultar: una piñata que te estalla en la cara. Otro tanto sucede con los auxiliares extranjeros de conversación. No basta con contratarlos, hay que planificar bien su llegada: el secretario del equipo directivo de un centro de la Part Forana ha tenido que alojar a uno en su propia casa.