Mientras esperamos que el dichoso TIL se aplique en los colegios, cabe destacar que en el caso de José Ramón Bauzá ha resultado efectivo. Por vez primera desde que preside el Govern, ayer se refirió al idioma propio de Balears como "catalán", sin cuestionar la unidad lingüística. No "nuestra lengua" ni el eufemismo "mallorquín, menorquín, ibicenco y formenterense", sino un rotundo "catalán". Claro que lo hizo para advertir a Armengol de que su Ejecutivo "no defenderá el catalán que se habla en Cataluña, sino el que aprendimos de nuestros padres y abuelos", remachó el presidente (por cierto, tome nota Bauzá de que la traducción de "aborrecer" no es "avorreix" [aburre], que fue la palabreja que le soltó a la socialista para describir el sentimiento de ésta hacia "nuestras modalidades lingüísticas").

Cada vez que en un pleno del Parlamento se trata un asunto polémico y los convidados por la oposición arman un poco de jaleo desde sus asientos, salta luego algún diputado del PP que se lamenta de tener que aguantar "este teatro" de "cuatro manipulados por la izquierda". Ayer fue una de esas jornadas tensas en el hemiciclo balear, y algunos de los invitados tuvieron que abandonar la sala de sesiones por orden de la presidenta de la Cámara. A Biel Caldentey, secretario general del sindicato STEI, y Toni Baos, de CC OO, les expulsaron por hacer aspavientos y preguntar en voz alta "¿qué diálogo?" y "¿cuándo?", mientras la consellera de Educación, Juana María Camps, aseguraba a los presentes que su departamento ha intentado negociar con los sindicatos para evitar el conflicto. A Baos tampoco le ayudó enseñar un cartel con la palabra "sords" a la bancada del PP.

En el caso del murer Guillem Barceló, su salida forzada fue precedida por un rifirrafe con Antoni Camps. El diputado del PP de Menorca ha indignado a gran parte del profesorado al publicar un artículo en el que avisaba de que "lo positivo de esta huelga es que sabremos, con nombres y apellidos, quiénes están preocupados por el futuro de nuestros hijos, y quiénes, por el contrario, juegan con los alumnos para conseguir objetivos políticos". En un momento dado del pleno, Barceló se levantó y exhibió frente a Camps dos carteles, uno con su nombre y número de DNI, y el otro retando al conservador a ponerle en su ´lista negra´. Camps esbozó media sonrisa, y tomó nota en sus papeles. Luego Barceló le espetó "fascista" y el diputado le respondió que menuda "vergüenza que seas profesor". El docente exigió después la dimisión de la consellera y fue entonces cuando tuvo que irse a la calle.

Durante una de las amonestaciones de la presidenta del Parlamento a los profesores, algunos diputados del PP se cruzaron frases con ellos, una muestra del nerviosismo existente, aunque se disimule. La portavoz ´popular´ Mabel Cabrer les gritó "¡educación, educación!", mientras su compañera Marga Prohens les reprochaba "¡pobres niños!", haciendo suya la tesis de Bauzá de que los alumnos son los únicos perjudicados de esta huelga. "No pueden hacer eso, los diputados no podemos dirigirnos al público", recordaba el reglamento un parlamentario socialista.

Expulsado de la tribuna del Congreso de los Diputados por el TIL

Y mientras esto acontecía en Palma, en Madrid la diputada ´popular´ Celia Villalobos también expulsaba de la tribuna de oradores al diputado de ERC Alfred Bosch por hablar en inglés, en un homenaje irónico al TIL balear. Bosch intervenía en un debate sobre medidas contra la corrupción y de regeneración democrática propuestas por UPyD, y aprovechó para meter con calzador la polémica lingüística en las islas. "Tiene usted un acento perfecto, pero no se está examinando de inglés", le recriminó la presidenta en funciones del Congreso. "No entiendo que en Balears los niños sí [deban aprender inglés y los diputados no]", replicó Bosch a Villalobos sin éxito, ya que la segunda terminó retirándole la palabra y el diputado tuvo que volver a su escaño.

No ´quemar´ al presidente

Escuchando solo las intervenciones de Camps y Bauzá en el pleno, cabría deducir que el Govern está tranquilo e incluso saca pecho. Craso error. Bastó ver el pequeño corrillo que hicieron después en los pasillos el presidente, la consellera y la diputada del PP Ana María Aguiló; menudas caras.

En público, el Govern quita hierro a las cifras de seguimiento de la huelga, pero más de 2.000 profesores en la calle que renuncian de nuevo a 100 euros diarios no es desde luego una buena imagen para el Ejecutivo. El Consolat tiene muy bien definida su estrategia: Bauzá no dará marcha atrás con el TIL, pero tampoco va a ´quemarse´ en exceso, para ello ya tiene a los dos ´Camps´ y a Aguiló, que no paran de atizar al profesorado. Hábilmente -ayer volvió a verse- el presidente dirige sus ataques contra el catalán y la oposición, sin malmeter directamente a los huelguistas. En Presidencia confían en que los docentes rebotados terminarán volviendo a las aulas en pocos días, por agotamiento y porque el bolsillo no perdona. Eso sí, hasta que ello ocurra, la procesión va por dentro y la calma es tensa.