Palabras y gestos de esperanza. Sonrisas. La demostración de que es posible regresar a la vida tras haber caído en lo más profundo del pozo. Miradas de celebración, porque todo eso era lo que ayer se desplegaba en el acto por el 26 aniversario del Proyecto Hombre, capitaneado por el optimismo de su fundador, Tomeu Catalá, ya que, como él dijo para cerrar el acto, "aquí vemos que lo imposible se hace posible".

Aunque los protagonistas de la celebración fueron los usuarios de Proyecto Hombre, no faltaron representantes de las principales instituciones políticas de Balears para mostrar su apoyo a la entidad. El vicepresidente y conseller de Presidencia del Govern, Antoni Gómez, fue el encargado de hablar en nombre de todos ellos para felicitar a la organización que desde hace 26 años centra sus esfuerzos en ayudar a drogodependientes a abandonar su adicción. "En esta legislatura, a pesar de la complicada situación económica, el Govern tenía claro que Proyecto Hombre debía recibir la ayuda que ha tenido siempre porque el retorno a la sociedad balear es mucho mayor", afirmó Gómez antes de que Tomeu Catalá cerrara el acto dedicando unas palabras de homenaje a todos los que trabajan en la organización desde hace años.

La celebración comenzó con la apertura de una exposición sobre las distintas actividades de Proyecto Hombre y su trayectoria. Una batucada animó a los asistentes durante la hora previa al inicio del acto oficial, sonando con potencia mientras llegaban las autoridades, recibidas a la entrada de la sede central en Palma de la organización por Catalá y Juan Manuel Quetglas, director general de la entidad. Junto a Antoni Gómez, asistieron la presidenta del Parlament, Margalida Durán; las conselleras de Bienestar Social y de Educación, Sandra Fernández y Joana María Camps; la presidenta del IMAS, Catalina Cirer, la regidora de Bienestar Social del Ayuntamiento de Palma, Ana Ferriol, y la senadora Gari Durán (PP). A ellos se unieron representantes de otros organismos, como el teniente coronel de la Guardia Civil, Bartomeu Barceló, o rostros tan conocidos como el de Cristina Macaya demostrando una vez más su firme apoyo a Proyecto Hombre.

Las autoridades recorrieron primero la exposición, en donde recibieron explicaciones sobre las actividades que se realizan en cada uno de los programas que desarrolla la entidad. Captó su atención de manera especial la que recibieron de uno de los usuarios sobre el funcionamiento de la que denominó la "casa de los deseos", una casa en miniatura con una rendija para introducir papeles escritos con los sentimientos que producen los contactos humanos o distintas situaciones. "Es como un filtro", resumía el joven.

Y es que el acto consistió no tanto en recrearse en el sufrimiento que provoca la drogadicción como en el proceso de aceptar que eso es la punta del iceberg y que para salir de ella es necesario un proceso hacia el interior de la persona. Esa es la idea que desgranaron las distintas actuaciones de los usuarios que se subieron al escenario, la de la lucha de la persona desde que llega a Proyecto Hombre entre el deseo de continuar o abandonar. Eso, y el agradecimiento, fueron los argumentos de las pequeñas piezas teatrales y actuaciones musicales que realizaron distintos usuarios de la entidad.

"Merece la pena", era el mensaje común constantemente repetido por los presentadores del acto, Juan y Belén, ambos ya fuera del Proyecto Hombre. Junto a dos de los más jóvenes usuarios, Juan y Sofía, contaron su experiencia y animaron a quienes tienen problemas de adicción a llamar a las puertas de la entidad. "Cuando llegué aquí pesaba 39 kilos. Cuando tocas fondo solo tienes dos opciones: o seguir en el fondo o salir de él, pero eso, para muchos de nosotros, significa la diferencia entre morir o vivir", concluyó Belén como resumen de lo que Proyecto Hombre significa para sus usuarios.