La renta mínima de inserción (RMI) es una ayuda social de entre 300 y 400 euros a la que tienen derecho los ciudadanos sin ingresos que ya han agotado todos los subsidios posibles. El primer trimestre de este año 1.259 mallorquines han recibido esta ayuda, un 13% menos que en el mismo periodo de 2012.

Este descenso llama la atención ya que el Institut Mallorquí d´Afers Socials (IMAS) asegura que este año casi ha duplicado la partida para estas ayudas al destinar 6,4 millones de euros después de que en 2012 tuvieran que bloquear el acceso a nuevos usuarios por falta de presupuesto, como ya denunció este diario y como ellos mismos reconocen ahora. Este año, hasta el pasado mes de julio 589 personas solicitaron empezar a beneficiarse de estas ayudas y 542 han sido admitidas.

Desde el IMAS se muestran muy cautelosos ante el descenso de usuarios. En un principio lo achacan a motivos estacionales pero insisten en que es muy pronto y que el descenso es muy leve como para empezar a celebrarlo. El coordinador general de Inclusión Social, Octavio Cortés, es muy prudente en este sentido aunque apunta que la demanda no ha vuelto a sufrir incrementos como los registrados al inicio de la crisis.

El incremento de 2009

Cabe recordar que en 2008, 894 personas recibían esta ayuda y un año más tarde ya eran 1.541. En 2010, el número de usuarios llegó a 1.474, en 2011 se alcanzaron los 1.958 y en 2012 descendió ligeramente a 1.840. Tras estas cifras se encuentran personas en situaciones de vulnerabilidad extrema (como podría ser una mujer mayor de 60 años con discapacidad y cargas familiares) pero también hay usuarios con un perfil "muy normalizado", advierte Cortés: entre un 10 y 15% de usuarios que hasta hace nada formaban parte de la clase media; personas en edad y condiciones de trabajar e "incluso licenciados".

Cortés precisa que además del número de usuarios, la cifra de beneficiarios es mucho mayor porque también se cuentan los familiares a cargo. En 2012 el número de beneficiarios fue de 4.803. Durante el primer trimestre de 2013 la RMI ha llegado a 3.581 beneficiarios.

La renta mínima se concede en principio por periodos mínimos de 12 meses, con posibilidad de prorrogar. Antes, estas prórrogas se hacían de manera más automática; ahora, según explica Cortés, han limitado el sistema y, como mínimo, cada cinco años hay que volver a empezar el proceso de cero. Además, y aunque los casos de fraude son puntuales, se hace un mayor seguimiento en los ayuntamientos para certificar que la persona efectivamente sigue necesitando una ayuda. Los consistorios son los encargados de tramitar esta renta y el IMAS ha detectado diferencias de criterio y de funcionamiento de un pueblo a otro según su tamaño y su modelo de servicios sociales. Algunos ayuntamientos se sienten molestos ante el hecho de que el IMAS ahora también haga seguimiento de los casos, pero Cortés defiende que así "se controla el gasto".

El responsable de Inclusión Social recuerda que la RMI es un recurso de prevención "más sencillo y barato para la Administración", además de "más digno para la persona", ya que "la rescatas antes de que caiga en el último escalón, antes de que se vea en la calle".