­El juez de lo Social Juan Gabriel Álvarez decretó que el despido de un ingeniero de Abaqua en julio de 2012 fue nulo, por lo que condena a la empresa pública que preside Biel Company a readmitir al trabajador en su puesto, así como a abonarle los salarios de tramitación (los correspondientes a los meses desde que fue despedido hasta su readmisión).

Con la línea que sigue el Govern ante estos reveses judiciales, a este ingeniero se le han abonado ahora unos 185.000 euros en total como compensación por los 18 años que llevaba en la empresa pública. Lo flagrante del caso es que el empleado en cuestión cumple los 65 años dentro de unos días, por lo que su jubilación se hubiese producido el mes de agosto que viene y el Govern solo le habría tenido que abonar el finiquito correspondiente.

Por si fuera poco, una plaza similar a la que ocupaba el despedido, que fue extinguida por la dirección de Abaqua al considerarla amortizada, acaba de salir convocada para ser cubierta nuevamente. Hasta su despido hace un año, el susodicho ingeniero fue el jefe de área de las distintas desaladoras. Hace unas semanas, Abaqua convocó un concurso de méritos para una plaza de "jefe de área de construcción y gestión de abastecimiento y desaladoras". Curiosamente, a la misma solo puede optar el personal fijo que ha quedado en la empresa. Teniendo en cuenta que en su día se despidió a dos ingenieros, el número de aspirantes se reduce notablemente.

La decisión de echar a la calle al jefe de las desaladoras teniéndole que indemnizar con 185.000 euros, pese a jubilarse en agosto, la tomó el consejo de administración de Abaqua el 30 de julio de 2012. En la reunión, presidida por Company y el director-gerente de la empresa, Jaume Ferriol, participaron dieciséis personas, entre ellas la directora de la Abogacía, Antònia Perelló, que avaló entre otros el criterio de despedir al personal con edad más próxima a la de jubilación.