"Te tienen bien emproada, no bajes la guardia", le dijo Bartomeu Vicens a Maria Antònia Munar en una carta que la expresidenta del Consell y del Parlament recibió el 27 de mayo 2011 y que ha aportado como prueba en el juicio de Can Domenge, que se reanudó el miércoles. En la misiva, leía por el abogado de la expresidenta, José Antonio Choclán, Vicens le confiesa que está cansado de presiones: "No les basta la condena, tienen que seguir torturando, es una vergüenza", afirma el exconseller insular de Territorio en la carta, escrita cuando aún permanecía fiel a Munar.

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El mismo día que la expresidenta intentaba defenderse haciendo públicas estas cartas, su antes fiel colaborador ahora encarcelado, la dejó sola: Vicens declaró en el juicio del caso Can Domenge que había entregado a Munar dinero que habría recibido tras amañar este concurso y que también le dio dinero por otro asunto, el del polígono de Son Oms.

Con esta confesión, Vicens admitía una trama pactada con sus dos inmediatos superiores en el Consell de Mallorca (Munar y el exvicepresidente Miquel Nadal) para amañar la venta del solar Can Domenge y llevarse 1,8 millones de euros entre los tres.

En este proceso, Miquel Nadal ha sido el último en dejar abandonada a la otrora todopoderosa Maria Antònia Munar y lo ha hecho en el peor momento. Su confesión se une a las de Vicens y de Román Sanahuja, el promotor de Sacresa que ganó el concurso presuntamente amañado de Can Domenge.

En su declaración, Sanahuja se reafirmó en la confesión escrita que había entregado hace varias semanas, en la que apuntaba a que desde el Consell le pidieron cuatro millones de euros como soborno. "Tenía ganas de explicar la situación y librarme por lo menos moralmente", dijo el promotor, que recordó que el proyecto era "lo suficientemente importante para que mi empresa entrara en Mallorca".

Miquel Nadal también entregó una confesión por escrito antes del comienzo del juicio de Can Domenge, en la que admitía que tanto él como Munar habían cobrado por amañar el concurso para la venta de este solar de Palma "para financiar la campaña electoral del partido Unió Mallorquina". Todas ellas complican, y mucho, la situación procesal de la expresidenta del Consell, que ha perdido todos los apoyos entre sus antiguos subordinados y se enfrenta sin aliados al proceso judicial en el que ni siquiera ha intentado un acercamiento a la Fiscalía Anticorrupción.

Hay que recordar que el exvicepresidente Miquel Nadal ya "traicionó" a Munar durante la instrucción del Caso Maquillaje, cuando confesó que la expresidenta le habría dado 300.000 euros en un sobre dentro del coche oficial para que comprara acciones de una productora de televisión que después se benefició de subvenciones públicas.

Miquel Nadal y Bartomeu Vicens, los antiguos fieles colaboradores y subordinados de Munar, se han unido al numeroso grupo de arrepentidos que han confesado lo que muchos ya sospechaban: en la operación de Can Domenge se pagó un soborno cuyos beneficiarios fueron Nadal, Vicens, la misma Maria Antònia Munar y la desaparecida Unió Mallorquina.

Vicens también confesó que el asunto de Can Domenge no fue el único por el que entregó dinero a Munar, sino que también lo había hecho anteriormente, cuando él ejercía como abogado "en un asunto que ella participaba en un despacho", dijo. El exconseller insular se refería al caso Son Oms, del que se abrió juicio oral en octubre de 2012 pero aún no hay fecha, y en el que se enjuiciarán los delitos de cohecho, prevaricación, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, falsedad y contra la Hacienda Pública por la recalificación de este polígono por parte del Consell en 2004. La Fiscalía pide 19 años y 3 meses de prisión para Vicens por este caso de corrupción urbanística, y probablemente, el exconseller de Territorio ha meditado seriamente si debe cargar con todas las culpas.

Sin duda, Munar sentirá estos días la soledad del banquillo de los acusados. Todos contra ella, mientras la expresidenta del Consell, del Parlament y de UM mantiene que es inocente. Habría confesado a sus allegados que está dispuesta a llegar hasta el final, aunque sea sin aliados, y que está convencida de que podrá demostrar su inocencia cuando declare. Y si no lo logra, está dispuesta a ingresar en prisión. Previsiblemente, Munar dirá que estaba de baja durante el proceso de tramitación del concurso de Can Domenge y, no obstante, mantendrá como ha hecho hasta ahora, que Sacresa presentó el mejor proyecto y que merecía ser la ganadora.

La expresidenta afronta el juicio con un nuevo abogado, José Antonio Choclán, considerado uno de los mejores penalistas de España. El letrado ha tenido pocas semanas para estudiar el caso, y la duda es saber si podrá defender a una Munar abandonada por los suyos de unas acusaciones que podrían llevarla directamente a prisión. Para empezar, el Tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma ha desestimado la petición de suspensión del juicio realizada por Choclán. El abogado alegaba "indefensión" de Munar después de que los tres acusados (Vicens, Nadal y Sanahuja) hayan confesado este supuesto cohecho en relación al concurso de adjudicación de la venta de Can Domenge a la unión de empresas Sacresa-Ferratur. "Ninguna indefensión se deriva", ha afirmó Diego Gómez-Reino, presidente de la sala, que acordó la continuación del juicio hasta finales de esta semana.