La Audiencia de Palma confirmó ayer la sentencia que desestimó la demanda del presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, contra el secretario general de UGT en Baleares, Lorenzo Bravo, por atentar contra su honor con insultos como "fascista", "prepotente", "inútil" y "chulo" vertidos en 2012.

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial desestimó el recurso de apelación que había interpuesto la Abogacía de la Comunidad Autónoma en nombre de Bauzá y confirma por tanto la sentencia de primera instancia dictada en noviembre de 2012 que desestimaba la demanda y absolvía al sindicalista.

Bauzá recurrió alegando que las declaraciones de Lorenzo Bravo constituían una intromisión ilegítima en su honor y que no estaban amparadas ni tuteladas por el derecho a la libertad de expresión.

Uno de los principales motivos en los que se basa la decisión de la Audiencia es que "la jurisprudencia refuerza la prevalencia de la libertad de expresión respecto del derecho de honor en contextos de contienda política".

Así, aclaran que las expresiones proferidas por Bravo, realizadas en su calidad de secretario general de UGT y a raíz de la decisión adoptada por el Govern de reducir el número de liberados sindicales, se realizaron como reacción ante estas concretas decisiones del Ejecutivo balear. En este contexto, señala la Audiencia, "las expresiones utilizadas por el demandado aparecen embebidas en un contexto de crítica a la actuación del Govern que resta importancia a la referencia personal que comportan".

El tribunal admite en la sentencia que las expresiones utilizadas por Bravo contra Bauzá fueron "ciertamente groseras y desafortunadas" pero da prevalencia al derecho a la libertad de expresión sobre el derecho al honor.

Según recuerda la resolución, después de que el Govern acordara reducir el número de liberados sindicales al mínimo legalmente establecido, Bravo aseguró sobre los miembros del Ejecutivo: "Son unos cerdos que no tienen ni puñetera idea de lo que significa la Ley Orgánica de Libertad Sindical ni la importancia que tiene para la democracia respetar a los sindicatos".

En cuatro episodios distintos que fueron recogidos por los medios de comunicación, Bravo se refirió a Bauzá como "el menda", "el de la brillantina" y "el engominado", dijo de él que "es muy fascista este señor", pidió "que se deje de hacer el gilipollas" y le llamó "inútil, prepotente y chulo".

Bauzá demandó al secretario general de UGT en Baleares y también al sindicato en mayo de 2012 por atentar contra su honor y reclamó que se publicara la sentencia en los periódicos locales que difundieron las declaraciones de Bravo, así como una indemnización de 6.000 euros por los perjuicios causados.