El cambio climático no es un futurible, sino una realidad palpable, también aquí en Balears. En esta afirmación coincidieron ayer el meteorólogo Agustí Jansà y los geógrafos Miquel Tomàs y Miquel Grimalt, durante la mesa redonda titulada El cambio climático en las Illes Balears, durante la I jornada meteorológica de la Societat d´Observadors Meteorològics de las Illes Balears (SOMIB), que acogió el Club de este diario.

El vicepresidente de la SOMIB, Enrique Rodríguez, repasó los principales datos de informes sobre las consecuencias del cambio climático: En las islas se ha observado un aumento de 0,54 grados por década desde el final del siglo XX, y la proyección de temperatura para el próximo siglo oscila entre los 2 y los 4 grados. Asimismo, el nivel del mar ha subido un centímetro por década, y la predicción es que podría alcanzar los 35 centímetros en el siglo XXI.

"Los datos demuestran que ya hay cambio climático, que se manifiesta con el calentamiento global", sentenció Agustí Jansà. "El cambio de temperatura que se ha observado en Balears es muy irregular, siendo mucho mayor en verano que en invierno, donde los valores de calentamiento son más bajos", añadió.

"Es incontestable que hay un cambio, debido a la acción de la especie humana", apuntó el profesor de la UIB Miquel Grimalt, añadiendo que "no se acaba el mundo, históricamente el clima ha cambiado y ha habido catástrofes naturales", enfatizó. "Si a estas alturas alguien todavía se pregunta si hay cambio climático y si el CO2 es el culpable es que algo no se ha hecho bien, al menos en la comunicación", señaló Tomàs. "Sí, pero el CO2 no es el culpable de todos los males, el bárbaro que levantó un hotel en medio de la playa de s´Arenal también contribuye al cambio climático", apuntó Grimalt.

"Lo que no sabemos y no vemos es lo preocupante que puede llegar a ser", alertó Jansà, a quien se homenajeó durante la jornada por su trayectoria como director del centro meteorológico territorial de 1987 a 2012. El físico Víctor Homar disertó sobre la dificultad de prever con exactitud las predicciones atmosféricas, y Grimalt repasó las principales nevadas e inundaciones históricas en Mallorca, destacando la nevada de 1956 y el desbordamiento del torrente de sa Riera en 1403.