La Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica (SEICAP) alerta de que en Balears hay 18.500 niños con alergia al polen que pueden sufrir episodios de rinitis, conjuntivitis, asma o urticaria a raíz de la llegada de la primavera y la consiguiente explosión del polen de las plantas. A nivel nacional se calcula que 800.000 menores están afectados por las alergias.

La erupción de polen de plantas como las gramíneas (cereales y herbáceas de jardín), así como los cipreses y pinos, es la causante de las principales alergias. La SEICAP alertó de que este año este tipo de plantas cuenta con una gran producción de polen que puede aumentar su potencial alérgico con la llegada de lluvias primaverales. Por ello, aconseja acudir al alergólogo pediátrico para realizar un diagnóstico y asignar un tratamiento. Éste puede ir destinado a combatir los síntomas mediante antihistamínicos o bien atacando el origen de la enfermedad. En este caso se administran vacunas subcutáneas o de administración oral, mucho más cómodas para los niños.

En Balears existe una gran cantidad de gramíneas que en estos momentos están en plena erupción. Empezando por los cereales de los campos de cultivo, pasando por gran cantidad de plantas de espiga en jardines y acabando con los pinos, los olivos y los cipreses que emiten gran cantidad de polen. Basta un simple paseo por el campo para comprobar que la primavera ha puesto a la vegetación isleña en plena erupción. Un invierno con lluvias como el de este año favorece "que las plantas se desarrollen más y por tanto liberen más cantidad de polen, siendo este más agresivo en aquellas zonas con más contaminación. Esto puede provocar que se agraven los síntomas en los niños alérgicos", asegura el doctor Marcel Íbero, presidente de SEICAP.

Los alérgicos al polen pueden serlo a una planta en concreto o a varias y la aparición de los síntomas se relaciona con la zona geográfica y con el clima. "En la costa la liberación del polen es más larga y en menos cantidad, con lo que los síntomas son más duraderos pero de menor intensidad. En el interior, la liberación es más corta pero en mayor cantidad, lo que hace que los síntomas sean más severos aunque más cortos", señala este alergólogo pediátrico. Durante el mes de febrero y marzo aparece el polen de ciprés, en marzo y abril el plátano de sombra y la parietaria, y en mayo y junio las gramíneas y el olivo.