Ana F. Trece años en silencio. Ana es el nombre ficticio de esta mujer de 24 años, natural de Can Picafort, que el año pasado denunció ante la Justicia y el Obispado de Mallorca haber sido violada por el párroco de Can Picafort, Pere Barceló, cuando ella tenía 10 y 11 años. Ahora, una vez conocida la sentencia eclesiástica que expulsa a Barceló del ejercicio del sacerdocio, decide romper su silencio de trece años.

„¿Se ha sentido protegida tras haber denunciado al exsacerdote, o en algún momento pensó que se quedaba sola?

„Sí, bastante protegida. Desde que decidí contar lo de las violaciones a mi familia, sí. A mi padre, a mi hermana mayor y a mi pareja se lo conté en enero de 2012, y en noviembre se lo conté a mi madre y a mi otra hermana. Y después puse la denuncia. No me he sentido sola, pero los meses antes de decírselo a mi madre solo pensaba en matarme con el coche para evitarles sufrimiento.

„¿Cuál era el funcionamiento de la parroquia de Can Picafort y su grupo de monaguillos, a finales de los 90?

„Éramos un grupo de amigos de entre 10 y 12 años que hacíamos de monaguillos cada semana y muchas veces el párroco nos llevaba a jugar a tenis o a nadar. Estábamos en la rectoría casi todo el día, era como nuestra casa.

„¿Y cuando empiezan los abusos que denuncia?

„Allí lo que se llamaba la ´siesta´ consistía en que el rector me encerraba en una habitación con él y dejaba a los otros niños fuera. Me decía que lo que me hacía era algo normal, que no pasaba nada.

„¿Siempre le explicó lo que hacía?

„En un principio, sí, después iba directamente a lo que iba. Supongo que primero quería coger la confianza conmigo, con los tocamientos y después pasó lo demás y entramos en una rutina.

„¿Cuanto tiempo duró?

„Dos años, en 1997 y 1998, y nadie sabía nada. Algún niño sospechaba que pasaba algo. Uno de ellos estaba celoso porque el rector solo me quería a mí y cuando estábamos encerrados pegaba patadas a la puerta porque también quería entrar.

„¿Nunca se le pasó por la cabeza contárselo a alguien?

„Nunca, porque él me dijo que no se me ocurriera contar nada a nadie. Y me lo dijo de forma agresiva, no como un consejo.

„Y llega el día en que entra un catequista en la rectoría y se encuentra en el sofá a usted y a Pere Barceló, ¿cómo lo recuerda?

„Yo estaba acostada en el sofá y él estaba inclinado sobre mí. Entró el catequista y yo recuerdo que Pere me cogió y me escondió en una habitación, y después me hizo salir por la ventana. Esa forma de sacarme fue como un shock para mí, porque en aquel momento con 10 años no sabes qué está pasando.

„¿Cambió algo a partir de ese día?

„Todo fue a más. El hecho de ver que ni el catequista ni yo contábamos nada hizo que se sintiera más seguro, y empezó a violarme. Él tenía un mayor sentimiento de posesión. Esto duró hasta que el catequista presentó la denuncia. En este momento se paró todo, supongo que por miedo.

„¿Y hasta cuando frecuentó la rectoría?

„Es que tras la denuncia del catequista y que nos llamaran a declarar a mi y dos niños a fiscalía, todos dejamos de ir a la rectoría. Sin haber hablado entre nosotros, dejamos de ir por allí.

„Pero después seguía viendo a Pere Barceló por Can Picafort.

„Le veía porque venía a mi casa.

„¿A su casa?

„Fue algo constante, sobre todo después de la denuncia. Bueno, es que realmente mis padres se enteraron de la denuncia del catequista porque se lo dijo Pere. Él vino a mi casa a contar que le habían puesto una denuncia por abusar de mi, pero aseguró que todo era falso y que era una invención del catequista y del anterior párroco, porque los dos querían sacarlo de Can Picafort.

„Y sus padres creyeron la versión del rector.

„Me preguntaron si era cierto, pero yo estaba amenazada por él, y evidentemente mentí a mi familia. Les dije que no pasó nada y que todo era falso.

„¿Pero por qué seguía visitando su casa?

„Hizo amistad con mis padres, supongo que porque yo lo había negado todo. Y venía cada semana, aunque yo ya evitaba encontrármelo. Si sabía que tenía que venir, evitaba verle, pero a veces me saludaba y me daba dos besos.

„¿Cree que el rector ayudó o compensó de alguna forma a sus padres?

„No, él va diciendo que nos dejó dinero y que nos ha ayudado económicamente, pero no es verdad. Bueno, encargó un trabajo de reforma de la iglesia a mi padre y se lo pagó, pero no sé de qué otra forma nos ha ayudado.

„¿Cuando dejó de visitar a sus padres?

„Cuando presenté la denuncia en 2012. Porque en 2011 lo alejaron provisionalmente de la parroquia, pero seguía viniendo. Hasta que el año pasado se lo cuento a mi familia y mi padre le llamó por teléfono y le dijo que no volviera a casa ni se acercara a mi.

„¿Cómo fue ese momento de revelar la verdad?

„En 2011 vi el documental Els monstres de casa meva y empecé a pensar que debía dar el paso y poner la denuncia. Además, me sentía muy mal por el catequista que lo había destapado todo en 1998 y se había quedado solo. Algún día me lo encontraba por la calle pero yo pasaba de largo por vergüenza. Al primero que se lo dije fue a mi pareja, a mi hermana, y un día sacamos a mi padre de casa y se lo contamos. Y tengo que reconocer que para mi familia ha sido muy positivo saber al fin la verdad.

„¿Cuando se enteró de las otras denuncias contra el mismo sacerdote de sus años en Cala Rajada?

„En 2011, cuando se publicó en la prensa, y esto me animó también a contárselo a mi familia y a denunciarlo. Pero a día de hoy todavía no he tenido contacto con ellas, ni sé sus nombres ni nada.

„¿Ha vuelto a hablar con el catequista?

„Después de haber puesto la denuncia mi hermana le llamó porque me veía muy mal. Fue un día que estaba tan harta y nerviosa que di un puñetazo a una pared y tuve que ir al hospital. Mientras me estaban atendiendo le llamó y días después me puse en contacto yo con él. Y me sorprendió su respuesta, porque me dijo que me ayudaría en todo lo que necesitara. Me puse a llorar al ver que me apoyaba y que estaba conmigo después de todo lo que hemos sufrido. Ahora algunos curas hablan del sufrimiento de la familia del párroco, pero no se acuerdan de mi familia o la del catequista, que hemos padecido todo tipo de comentarios estos años.

„¿Por qué decide ahora conceder entrevistas?

„Porque quiero intentar ayudar a la gente abusada en general. Y decirles que no tengan miedo a contarlo todo y a denunciarlo. A mí me ha costado 13 años dar ese paso. Por ejemplo, creo que en Can Picafort se dieron otros casos similares al mío.

„¿Alguien le ha ofrecido dinero por denunciar o por retirar la denuncia?

„El rector presionó a familiares, pero no a cambio de dinero, que yo sepa. Y alguien muy próximo a mí fue despedido del trabajo cuando su jefe supo que yo presentaría la denuncia.

„El actual rector de Can Picafort, Pere Fiol, insinúa que usted se ha movido por dinero.

„Que me lo demuestre. Yo no le conozco de nada.

„Pero él dice saber muchas cosas de usted.

„Según él soy una puta que he tenido muchos novios. Pero resulta que solo he tenido una pareja en mi vida, que es mi novio actual. Lo que me gustaría saber es por qué está tan pendiente de mí. Alguien se lo debería preguntar.

„¿Algún miembro de la Iglesia le ha recomendado que frenara la denuncia?

„Hubo uno que me llamó para aconsejarme que no denunciara nada. Dijo que todo estaba prescrito, que la gente me señalaría por la calle, que yo ya tenía una vida hecha y no debía echarlo todo a perder. Y me indigné.

„¿Cómo recibió la noticia de la expulsión de Pere Barceló del sacerdocio?

„Estaba trabajando en el campo con mis padres y mi pareja, y me llamó mi abogado. Contesté que era la mejor noticia que podía recibir. Además, era el cumpleaños de mi madre. Ese fue el mejor regalo que se le pudo hacer.