La Agencia Tributaria va a participar también en la campaña de vigilancia contra las obras ilegales que se están desarrollando en las zonas turísticas de la isla, según ha confirmado su delegado en las islas, Arnau Cañellas. Este trabajo se realizará de forma coordinada con la Inspección de Trabajo, y además se está planteando la posibilidad de contar con un apoyo adicional: el de los Ayuntamientos en cuyo territorio se desarrollan estos trabajos.

Cañellas señaló que ya se han celebrado reuniones con una representante de la Inspección laboral para coordinar estas actuaciones que, según afirmó, ya se han iniciado. De este modo, funcionarios de ambos cuerpos recorrerán por separado las zonas turísticas para comprobar si las reformas de instalaciones turísticas (sean de alojamiento o de la oferta complementaria) se están realizando de forma legal, para posteriormente intercambiar la información.

El delegado en Balears de la Agencia Tributaria añade que se está planteando la colaboración a los Ayuntamientos turísticos, aunque admite que esta fase está algo más "verde". Lo que se desea es que los Consistorios aporten también información sobre si los trabajos de reforma que se detecten disponen de la correspondiente licencia de obras.

Arnau Cañellas señaló que a finales del pasado año mantuvo dos reuniones con representantes de la asociación balear de constructores, en las que se le denunció la existencia de fraude en la ejecución de proyectos de reforma de instalaciones turísticas. En concreto, desde esa patronal se mantiene que muchos de estos proyectos están siendo ejecutados por empresas que no tienen dada de alta a parte de su plantilla o que cobran ´en negro´ sus trabajos, evitando así el pago de impuestos como el IVA.

El gerente de la citada organización empresarial, Manuel Gómez, denunció públicamente la existencia de estas irregularidades a finales del pasado ejercicio, tal y como recogió entonces Diario de Mallorca, un problema que fue inmediatamente confirmado por los sindicatos CC OO y UGT.

La voz de alarma se dio al comprobar las empresas del sector que la inversión que se había anunciado desde el sector turístico para la ejecución de obras de reforma y modernización, y que debía formalizarse durante este invierno, finalmente no se confirmaba en los niveles esperados.

Al recorrer algunas de las zonas turísticas de la isla, por parte de representantes empresariales y sindicales, se comprobó que algunos trabajos se estaban ejecutando "con la barrera bajada", es decir, cerrando los accesos al edificio para evitarla entrada de posibles inspecciones.

Igualmente, se señaló que otra práctica habitual estaba siendo la de hacer pasar reformas de importancia por obras menores, con el fin de evitar la correspondiente tramitación para solicitar el permiso.

Según la citada patronal, este fraude está alcanzando un nivel lo suficientemente importante como para reclamar una actuación conjunta de diferentes Administraciones a la hora de combatirlo.